Por eso, y por mucho más, fue convocada por Universal Views TV, una importante productora y distribuidora de documentales a nivel internacional con sede en Los Angeles y Nueva York, para ser la presentadora de Hollywood Small Town (Hollywood, Pueblo Pequeño), una serie dedicada a homenajear a las estrellas del cine norteamericano.
Y ese “mucho más” tiene que ver con su carisma y su conocimiento para contar historias que vivió nada más y nada menos que con Frank Sinatra, Judy Garland o John Huston, por su belleza, y por su apertura a ser parte de una experiencia que, se anticipa, será inolvidable.
La serie comenzará a rodarse en abril o mayo de 2013, durante la primavera de los Estados Unidos, y constará de trece episodios que abordarán la vida de las estrellas de la época dorada de Hollywood como Ava Gardner, Judy Garland, James Dean, Marlon Brando, Frank Sinatra, Marilyn Monroe, Rita Hayworth, Gary Cooper y John Wayne, entre otros. También estarán Clint Eastwood y Meryl Streep, a quienes Graciela visitará y entrevistará en el marco de donde fuera el rodaje de Los Puentes de Madison, una multipremiada película.
Lejos de tener el formato de una tradicional biografía, los capítulos buscarán subrayar los aspectos más anecdóticos de la vida de cada luminaria.
¿Cómo te llegó la convocatoria?-Un día me llamaron de Universal, me mandaron un tweet. ¡Un tweet, perdón! ¡Mirá qué canchera, qué bárbaro, qué cool! -bromea-. En realidad me mandaron un mail y yo les dije que realmente veo todos los documentales que hacen porque son excepcionales. Y cuando me lo propusieron quedé encantada, porque es la historia donde nacieron, donde vivieron y donde tuvieron los momentos más importantes de sus vidas las grandes luminarias de Hollywood, en un recorrido que va a ser extraordinario, porque como no se puede bajar y subir todo el tiempo de los aviones con las cámaras, lo han pensado como una especie de road movie, así que me parece que es una experiencia fantástica. Y vamos a ver, por ahí en una de ésas llamo desde allá y digo: ‘¡Me muero, me estoy muriendo de frío o de calor!’. Qué sé yo. Pero esto va a ser con varios trailers que van a estar en los distintos sitios.
¿Vas a tener un guión?-No, vamos a ir viendo los lugares y vamos a ir haciendo el guión a medida que las imágenes vayan apareciendo en lo que nosotros creemos que es el meollo del tema. El día que Ava Gardner murió, era un día que llovió muchísimo, y cuando pusieron el último ladrillo de su lápida, salió un sol brillante como un milagro. Yo recuerdo mucho de ella porque la conocí cuando yo era muy chica, en Madrid. Era una mujer fascinante, tan triste y tan bella. El objetivo es hacer una cosa que tenga realidad y al mismo tiempo que tenga emoción, porque si no, lo puede hacer cualquier locutor.
¿A quiénes de ellos conociste, aparte de Ava Gardner, y qué anécdotas recordás?-Conocí a Elizabeth Taylor en Cannes cuando yo era muy joven. Ella estaba recién casada con Richard Burton y la vi en una conferencia de prensa. Me impresionó su belleza y la mirada tan triste que tenía. Es curioso que los artistas tengan, en general, una cosa melancólica muy especial. Ava Gardner (La Condesa Descalza, de Joseph Mankiewicz, Mogambo, de John Ford) era igual, bebía mucho y bailaba como los
dioses en los tablados flamencos. Vivía en una casa que se llamaba La Bruja, muy cerca del aeropuerto de Madrid, y a veces la acompañábamos con el grupo que salíamos. Yo era muy chica, pero me llevaban a comidas y después a bailar a El Duende (ahora un restaurante llamado Los Gitanillos), que era lo que estaba de moda en ese momento,
a ver flamenco. Y todos la adoraban y la resguardaban. La llevábamos hasta la casa y esperábamos que se acostara, le dábamos las buenas noches y nos íbamos, a veces con la puerta abierta de la casa.
¿Con quién habías viajado? -Yo estaba con españoles que eran amigos de ella. Iba mucho a España en un momento dado porque filmé bastante en España al principio de mi carrera y socialmente ella era muy conocida, era amiga de la duquesa de Alba, adonde yo fui varias veces. Uno tiene un historial que puede hacer que hable de la gente con cierta propiedad, ¿no?
Claro, por eso te eligieron para este proyecto...-Sí, porque vieron que a través de los viajes, de la vida y de los festivales, había
conocido a mucha gente. Por ejemplo a Paul Newman, a Deborah Kerr, a Robert Redford que fue productor de una película mía. Vieron que yo hablaba de ellos con cotidianeidad y les resultó interesante.
¿Lo tenés que hacer en inglés?-Esto lo tengo que hacer en inglés y en castellano. Yo hice dos películas en inglés. En realidad, hablo bastante bien el francés y el italiano, pero el inglés es el que más se contradice con mi corazón, por los verbos y eso. Yo soy muy apurada, muy ansiosa, y es el que más me cuesta. Puedo hablarlo si me estudio la letra, pero esto tiene que ser hablado desde el corazón y para eso hay que pensar en inglés. Uno piensa en castellano y traduce al inglés y se pierde naturalidad. Y si no, lo doblaremos, después veremos qué hacemos.
¿Se va a ver en Argentina?-Sí, se va a ver en toda Latinoamérica, en Asia y en Europa, y en los Estados Unidos.
¿Tuviste dudas por el tema de tener que viajar a lo largo de los Estados Unidos para hacer este documental?-No, me encantó. Estoy acostumbrada. Los actores de cine estamos acostumbrados. Filmé dos películas en Estados unidos que íbamos por la vida, mucho por Puerto Rico y por otros sitios, me gusta esta cosa gitana de la road movie.
¿Alguno de los personajes que van a formar parte del programa significó en algún momento algo especial para vos?
-Todos, porque Elizabeth Taylor es un referente. Ella era tan bella que a veces no se notaba qué buena actriz era por mucho que haya ganado un Oscar. Pero uno ha sabido de su dolor, de su locura, de su propensión al alcohol, de su amabilidad por los perdidos, porque ella hizo muchas cosas por muchas causas. Katharine Hepburn, una de las grandes actrices que vivió en soledad un gran amor por Spencer Tracy. Sé mucho de cada uno, conozco sus debilidades y sus amores. Todo tiene que estar hecho con muchísimo respeto y eso es lo que voy a poner ahí, una construcción de no denunciar, sino de anunciar, de reverenciarlos, de hacerlo en la muerte como fue en la vida. Y de mostrar sus flaquezas y sus grandezas, porque todos somos luz y sombra.
¿A Frank Sinatra lo conociste? -Sí, estuve en la casa cuando el Departamento de Estado me invitó a hacer un viaje y yo elegía los lugares. Una noche me invitaron a una fiesta sorpresa dada por Alejandro Rey, que era un actor argentino que vivía en los Estados Unidos, él y su mujer eran muy amigos míos y muy amigos de Sinatra y me llevaron a la casa de la primera mujer con todas sus hijas: Tina y Nancy. Y cayó Sinatra después y fue extraordinario verlo. Yo había ido con Raúl de la Torre. Y me acuerdo que me quería robar algo, cosa que no he hecho en mi vida, pero me robé un peine, debo decirlo. La única vez en mi vida que me he robado algo, un peine horrible que había en ese lugar que era como un quincho enorme donde tenía montado un cine en la casa de la primera mujer, Nancy Barbato, la madre de sus hijas. Y cuando lo vi aparecer con esos ojos azules... estaba encantada. Me decía: ‘¡Qué lástima que seas tan joven!’. Yo no era ya tan joven, pero me veía joven y casi me seducía. Me divertí mucho. Fue muy encantador esa noche.