Dalma estuvo hasta las seis de la tarde en su casa preparándose para la gran fiesta en las torres de Avenida Libertador y General Paz. La casa está ubicada a algunas cuadras de ese lugar en un exclusivo barrio muy tranquilo de Vicente López. La vivienda es realmente imponente, tiene dos pisos y un altillo, pileta, cochera, baulera, salón de herramientas, salón de juegos, comedor diario, un comedor para recibir visitas y fue un regalo que le hizo su padre Diego Maradona y la propiedad supera largamente el millón de dólares.
La propia Dalma se encargó de decorar y restaurar la casa ya que es de las antiguas construcciones que suelen observarse en los barrios del Norte del Gran Buenos Aires pero que a la hora de reconstruirla le dan una identidad muy particular. La casa quedó impecable y es ahí donde vivirá a partir de ahora la feliz pareja.
El contacto con la prensa de Dalma fue nulo y quedó en evidencia justamente cuando abandonó la casa para ir a la fiesta. Primero hizo salir a su peluquero y maquilladora quienes le comunicaron a la prensa que ella no estaba en el lugar, lo que era falso ya que se vio su auto. Cuando al fin el portón se abrió y Dalma salió en su camioneta, no atinó ni siquiera a parar un segundo, aceleró y se fue sin ni siquiera levantar la mano.
Dalma pasó a jugar en el equipo de los casados, aunque eso no le trajo buen humor y predisposición.
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