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La serie sobre el astro de la canción popular reflejó de manera implacable este duro momento de su vida. Mirá el video
Cómo si tratara de hacer al espectador parte de la tragedia, el director Adrián Caetano recurrió a su maestría para narrar la muerte de Vicente, el padre de Sandro de manera tal que el espectador se siente incluido en el drama de manera contundente.
El actor Jorge Suárez mostró oficio de sobra cuando le tocó el turno de despedirse de lo que promete ser la ficción del año. En una cena que comparten Roberto Sánchez (Agustín Sullivan), la mamá Nidia (Paula Ransenberg), el mánager Oscar (Luis Machín) y el propio Suárez, éste comienza a sentirse mal debido a su precaria salud y se levanta a tomar su medicación.
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Pero antes, Vicente, que parece saber que su final se acerca, le reconoce a su hijo cuánto lo admira a pesar de que durante toda su vida le señaló los rigores de la vida, mientras este le cuenta todos sus planes para el futuro. Vicente le pregunta a Oscar si comparte con él su admiración por el joven, y cuando éste le responde que sí, le pide solemnemente "cuídemelo" antes de levantarse de la mesa para no volver a ver a su hijo a la cara nunca más.
Lo que sigue es desgarrador: toda la familia, junto a Oscar y Daniela -Isabel Macedo, la flamante novia separada y con hijos del ídolo- acompaña al féretro de Vicente al cementerio, para asistir a su entierro. Aquí entra a jugar la ya mencionada maestría de Caetano que, con algunos planos increíbles y al ritmo del tema musical Las Manos, logra una escena diga de ser recordada por los años venideros.
La miniserie de Sandro sigue por el buen camino y, a con nueve episodios por delante, cumple con las expectativas del público del Gitano, y de Telefe que gana holgadamente las noches desde el lunes.
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