Pensemos en Batman, Superman, Spider-Man y el resto de los superhéroes más populares del mundo. Ellos han atravesados distintas etapas y se han reconvertido en varias oportunidades hasta instalarse de cierta manera en la cultura pop. En sus casos, célebres guionistas los atraparon a tiempo y los envolvieron en historias que los actualizaron. Una y otra vez, siempre reinventándose. Más oscuros, más luminosos, más poderosos, más mundanos… todo a pedido de los fanáticos y la coyuntura.
Pero no todos corrieron con la misma suerte. A diferencia del vigilante de Gotham que se alejó de los bailes de twist y gadgets como el "repelente para tiburones", el gran público se quedó con una imagen muy limitada de Aquaman. Su mitología no se desarrolló en el momento oportuno y el atlante quedó como el tipo que habla con los delfines, un poder que difícilmente podría salvar al mundo. Y, vamos, ningún personaje le envidiaba ese traje naranja o ese aspecto de buen samaritano.
Esta versión del Rey de los Siete Mares se instaló a partir de los Súper Amigos (Super Friendes, 1973-1985), la clásica serie animada de Hanna-Barbera. Y, aunque tuvo una interesante reinvención en las viñetas cuando se convirtió en una suerte de poderoso Capitán Garfio en los '90 –barba y gancho incluido-, el aggiornamento llegó tarde. Muy tarde. Apenas salió a flote cuando su historia se convirtió en un arco argumental clave en Liga de la Justicia (Justice League, 2001-2004), un clasicazo de Cartoon Network.
A pesar de los esfuerzos, esa imagen de superhéroe débil e insulso se potenció cuando varios shows muy exitosos como Padre de Familia (Family Guy), Bob Esponja(SpongeBob SquarePants) y South Park lo parodiaron. Una ridiculización que se viralizó cuando usuarios de Internet se encargaron de extender la broma a tal punto que muchos se preguntaron cómo Warner Bros se animaba realizar una superproducción de un perdedor.
Al parecer, la interpretación de Jason Momoa ha logrado algo que no pudieron cientos de ejemplares y producciones animadas: librar al superhéroe del bullying. Según la crítica especializada, aunque no se trata de un film brillante, Aquaman(2018) se ubica como lo más logrado del Universo Extendido de DC (DCEU) y reivindica al superhéroe del título.
Divertido, poderoso, interesante y desenfadado, el héroe ha tenido su tardía, pero convincente, consagración. Y, que quede claro, no solo habla con los peces y monta un caballito de mar. También tiene onda.
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