Después de la fría recepción que tuvo con “Reputation”, la cantante canadiense Taylor Swift lanzó esta semana Lover, álbum con el que pretende convertirse nuevamente en la reina del pop.
Y de acuerdo a las primeras impresiones que han surgido alrededor del mundo por parte de la crítica especializada, este nuevo trabajo recupera a la Swift que se ganó el corazón del público con 1989 (2014) y se coronó como la monarca de este género.
En ese disco, Taylor se convirtió en el alma de los Estados Unidos en versión country, pero las consecuencias no tardaron en llegar: la niña se transformó en adolescente rebelde con Reputation (2017) pero el cinismo la actitud de mala no le funcionaron como esperaba.
De esta manera, la rubia no tuvo más remedio que darle a su público lo que esperaban de ella: canciones con melodías pegadizas como la canción que título al álbum, Lover, que ya cuenta con videoclip, y según algunos críticos “supera al Bruce Springsteen más inspirado”.
Hay también colaboraciones con otros artistas como la Dixie Chicks en “Soon you´ll get better”, una balada sobre el cáncer que sufre su madre.
Otras canciones como “The Archer” y “It´s nice to have a friend” acompañan como éxitos que si bien no llegarán quizá a los primeros puestos de los charts, cumplen con su cometido principal en este momento tan extraño para lanzar un álbum completo en la industria de la música.
Además del lanzamiento de Lover, Swift también está planeando regrabar sus primeros álbumes para tener la última palabra en una disputa por los derechos sobre su música con el magnate Scooter Braun.
La estrella libra un combate ideológico con Braun, que compró Big Machine Label Group a través de su compañía Ithaca Holdings en un acuerdo de 300 millones de dólares, y se quedó así con la propiedad mayoritaria de los máster (grabaciones originales) de Swift.
El dueño de los codiciados máster puede determinar cómo se reproducen y venden las canciones.
"Me despojó del trabajo de mi vida", dijo Swift, de 29 años, cuando la noticia del acuerdo se dio a conocer en junio.
Ahora la exitosa artista asegura que recuperará el control. Cuando se le preguntó sobre la posibilidad de grabar sus primeros seis álbumes multiplatino en una entrevista con CBS el domingo por la mañana, Swift dijo que la opción era probable.
La dramática medida podría complicarse por las restricciones temporales en sus primeros contratos -firmó por primera vez con Big Machine Label Group en 2005, cuando aún era una adolescente- pero aún así es posible.
Swift tiene los derechos de las letras y composiciones de sus canciones, lo que significa que podría grabar nuevas versiones sin necesidad de acceder a los máster.
Sus contratos anteriores no se conocen, pero típicamente restricciones de tiempo impiden a los artistas publicar trabajos regrabados hasta que pasan tres a cinco años de su lanzamiento inicial. El disco debut de Swift se lanzó en 2006, mientras que su último álbum salió en 2017.
El año pasado, la superestrella firmó un nuevo acuerdo con Republic Records y Universal Music Group.
La fortuna de Swift y su profunda red en la industria de la música también ayudarían, ya que necesitaría el apoyo de sus antiguos colaboradores en las canciones para que sean competitivas con sus versiones originales.
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