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Allí le practicaron tareas de reanimación, pero no dieron resultado. Rostros serios, silencio y lágrimas fueron el denominador común. La madre del infortunado piloto estuvo a su lado hasta último momento.
BALCARCE (Enviado especial).- El Hospital Municipal de Balcarce está en la calle 19 entre 28 y 30; la cuadra es pintoresca por su arboleda. La tarde del domingo apacible en Balcarce se trastocó. Mientras largas colas de autos, camiones y camionetas desandaban La Barrosa para emprender el regreso a casa después de la carrera, dentro del hospital el drama se apoderaba del ambiente; los rostros serios, miradas clavadas en el piso, el silencio pesado que se respiraba, eran una nítida muestra de la tragedia sucedida.
A Falaschi lo extrajeron del destrozado Ford en situación crítica, por ahí se escuchó decir que al Pato Silva, su compañero en el equipo HAZ, cuando se acercó al Ford verde, Guido alcanzó a decirle “tengo calor” antes de perder el conocimiento. Por ahí también circularon versiones acerca de que su cuerpo había sufrido alguna amputación.
El médico Rodolfo Balinotti, responsable del servicio sanitario de la ACTC, salió a las puertas del hospital con el gerente general de la ACTC, Fernando Miori a su lado. Ambos compungidos; Balinotti relató como se dio el desenlace y la muerte de Falaschi.
“Después de 38 minutos de efectuar trabajos de reanimación, falleció Guido Falaschi”, dijo. Las causas según Balinotti fueron las severas lesiones cerebrales, abdominales y pulmonares. Aseguró a su vez como para desmentir versiones, que “el cuerpo de Guido está sano”.
Balinotti también habló sobre el estado de Néstor Girolami, quien chocó a Falaschi en el último y tremendo impacto. Quedó en terapia intensiva “por precaución”, mostraba contusión en el abdomen y en la columna lumbar.
Mientras adentro permanecían cabizbajos, doloridos, Gustavo Lema (del JP Racing), Christian Ledesma, Martín Ponte, Emanuel Moriatis, Leonel Pernía, Diego Aventín; al rato llegó el presidente de la ACTC, Oscar Aventín, Rubén Gil Bicella, secretario de la categoría.
A Falaschi lo extrajeron del destrozado Ford en situación crítica, por ahí se escuchó decir que al Pato Silva, su compañero en el equipo HAZ, cuando se acercó al Ford verde, Guido alcanzó a decirle “tengo calor” antes de perder el conocimiento. Por ahí también circularon versiones acerca de que su cuerpo había sufrido alguna amputación.
El médico Rodolfo Balinotti, responsable del servicio sanitario de la ACTC, salió a las puertas del hospital con el gerente general de la ACTC, Fernando Miori a su lado. Ambos compungidos; Balinotti relató como se dio el desenlace y la muerte de Falaschi.
Balinotti también habló sobre el estado de Néstor Girolami, quien chocó a Falaschi en el último y tremendo impacto. Quedó en terapia intensiva “por precaución”, mostraba contusión en el abdomen y en la columna lumbar.
Mientras adentro permanecían cabizbajos, doloridos, Gustavo Lema (del JP Racing), Christian Ledesma, Martín Ponte, Emanuel Moriatis, Leonel Pernía, Diego Aventín; al rato llegó el presidente de la ACTC, Oscar Aventín, Rubén Gil Bicella, secretario de la categoría.
La madre
La madre de Guido, Graciela Santilli se ha hecho habitual junto a su esposo Víctor, verla en los circuitos haciéndole el aguante al pibe. En el interior del hospital estaba desolada, destrozada. Desde el autódromo al hospital, la llevó en su Renault Kangoo, el motorista Alfredo “Gardelito” Fernández, mientras que desde Buenos Aires, viajaban a media tarde su esposo y el médico cirujano Omar Santilli, tío de Guido.
Afuera sobre la vereda, como patética paradoja, desde una ventana del hospital abierta, un televisor repetía una y otra vez las trágicas imágenes del accidente y la gente las miraba... una y otra vez.
La madre de Guido, Graciela Santilli se ha hecho habitual junto a su esposo Víctor, verla en los circuitos haciéndole el aguante al pibe. En el interior del hospital estaba desolada, destrozada. Desde el autódromo al hospital, la llevó en su Renault Kangoo, el motorista Alfredo “Gardelito” Fernández, mientras que desde Buenos Aires, viajaban a media tarde su esposo y el médico cirujano Omar Santilli, tío de Guido.