Después de la extraordinaria producción que tuvo en el último torneo, las dudas que se habían generado en el Mundo Boca era saber si lo de Darío Benedetto se trataba sólo de una racha o estábamos en presencia de un delantero de primer nivel.
Y la respuesta llegó de manera rápida y contundente, primero en los amistosos y la Copa Argentina, y ahora en el debut por la Superliga, donde redondeó un partido completo, no sólo por los goles sino por su participación en el juego, donde casi no tuvo fallas.
Con el respaldo de lo realizado en el certamen anterior y la confianza ganada por su inminente citación a la Selección, a Pipa se lo vio más suelto, saliendo del área para asociarse en la generación de juego y hasta con algún lujo de por medio, como en la acción del segundo gol, cuando dejó pasar la pelota para que Pavón se fuera solo y asistiera a Pablo Pérez.
Después, de su capacidad goleadora, ¿qué más se pude decir?. Sus números hablan por sí solos.
Lleva anotados 27 goles en 32 partidos oficiales, a un promedio de 0,84 por encuentro, una marca extraordinaria, casi imposible de encontrar repasando la historia de Boca.
Esta vez fue un doblete, algo que ya consiguió por séptima vez desde que viste la camiseta azul y oro, completándose su producción con un hat-trick y diez jornadas de un gol. Siendo un especialista, además, en abrir los partidos, algo que ya consiguió en 14 cotejos por torneos locales, donde en todos ellos Boca nunca perdió.
Otro elemento fundamental para entender este momento del Pipa es la renovación de su contrato, algo que lo tenía preocupado, sobre todo luego de dejar mucho dinero en el camino para concretar su sueño de jugar en Boca, club del cual es hincha fanático. Esa solución llegó, renovó hasta 2021, y el xeneize lo blindó con una cláusula de rescisión altísima, de 21 millones de dólares.
Como para completar esta situación de ensueño, el Nueve fue citado, como finalmente se manejaba en estos días, para la doble jornada de eliminatoria con la Selección.
Con un detalle para tener en cuenta, en los días previos había mantenido una charla, junto a Pablo Pérez, con el técnico Jorge Sampaoli, quien les mostró videos de sus jugadas, para pulir defectos y mejorar lo que ya son virtudes. Y aunque nadie cree en fórmulas mágicas, llamó la atención el crecimiento en el juego tanto del volante como del delantero en el choque ante Olimpo.
En fin, Benedetto sigue “en llamas” para alegría del Mellizo, quien se animó a catalogarlo como “el mejor Nueve de la Argentina”. Y en ese camino, ahora tendrá la chance de demostrarlo nada menos que con la celeste y blanca.
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