En el primer tiempo y mientras estuvo en cancha, la diferencia la hizo Tevez. Muy participativo, haciéndose eje de cada uno de los ataques de Boca, jugó e hizo jugar a todos, coronando su buen momento con un golazo, luego de arrancar desde la mitad de la cancha y definir con clase en la medialuna con un remate a colocar contra el palo izquierdo.
Desde ahí todo parecía servido para Boca, pero nadie esperaba que tres minutos después, a los 35, se le soltara la cadena al propio Carlitos. Fue muy mal contra Lema en una jugada intrascendente, se ganó bien la amarilla y de manera inentendible insultó al árbitro ganándose la roja. Insólito.
A diez del final de la etapa, Belgrano encontró vida cuando no había hecho nada para meterse en el partido, pero ni alcanzó a acomodarse cuando sufrió otro mazazo, en el minuto final, por un tiro libre fantástico de Cristian Pavón que se metió en el ángulo superior izquierdo de Olave para transformarse en el 2 a 0.
LEA MÁS:Un golpe duro para el Pirata, que si bien mejoró con los ingresos de Nahuel Luján, sobre todo, y Matías Suárez, nunca pudo meterse en partido ni aprovechar la superioridad numérica. Es más, en el primer cuarto de hora Boca pudo estirar la ventaja, pero casi se le complica todo por una pifia de Vergini en el área que dejó solo a Obolo, quien le erró al arco de manera increíble.
Hasta ahí llegó lo del Celeste, porque para colmo de males al minuto siguiente también se quedó con diez por una patada tremenda de Federico Alvarez. Lo que quedó del partido fue la impotencia de la visita que se mandó al ataque como pudo, pero sin ideas, regalándose en cada contra del xeneize y, en una de ellas, tras una corrida espectacular, el colombiano Frank Fabra clavó el 3 a 0.
El local pudo aumentar en una pifia de Benedetto y en otra mandada de Fabra, pero el resultado no se movió. Sólo quedó tiempo para el canto de la gente, ilusionada con un futuro mejor, alimentado por triunfos y con la esperanza de estar en la pelea grande. Aunque nada pudo disimular el gesto de fastidio y preocupación por la expulsión del ídolo, Carlitos, quien se perderá varios partidos por una reacción insólita, propia del agitado Mundo Boca.
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