El año comenzó con Tinelli como candidato
inesperado e indeseado, que logró torcer la interpretación del reglamento y las voluntades de muchos que se cruzaron de vereda; subieron y bajaron candidatos, se forjaron acuerdos que se rompieron y se remendaron, y hasta se echaron dirigentes rentados para terminar de definir asambleístas. Sin embargo, ya se habla de unidad, de llegar a un
consenso y evitar que alguien salga derrotado.
Barracas Central y Olimpo presentaron 11 avales por Segura, y Temperley y San Lorenzo 10 por Tinelli, de manera que
hay 25 votos de los 75 que eligen al presidente, que ya están definidos. Cada candidato asegura tener los suficientes para definir quién se sentará en el sillón de Grondona los próximos cuatro años. Sin embargo, las cosas estarían muy parejas y de haber elecciones, las definirían los indecisos, que hoy -en promedio- se calculan en 15 votos. Por eso, de los dos lados, ya se habla de unidad.
"Tenemos tiempo para lograr un candidato de unidad", dijo primero el Tesorero de AFA, Eduardo Spinosa. Como un eco, la idea se
repitió en boca de otros. "Todos podemos estar juntos en un mismo espacio, soy optimista", remarcó Claudio Tapia, vice tercero y hasta el mediodía de ayer un eventual tercer candidato. "¿Y por qué no?", se preguntó más tarde el actual titular de la Casa del fútbol. "Queremos lo mismo para el bien del fútbol, tal vez se logra la unidad, sí", confió Segura.
Las elecciones inicialmente iban a ser el 22 de octubre y el
pacto que le facilitó a Tinelli la candidatura antes vedada, también modificó la fecha. El acuerdo las postergó al
1 de marzo, sin embargo no hay certezas de que se cumpla. El propio Segura deslizó que podrían ser
en los primeros días de diciembre, confirmando los dichos de Spinosa, que también había hecho pública la posibilidad.
Serán los mismos asambleístas quienes resuelvan la fecha de las elecciones: cuando se vote la postergación a marzo, deben aprobarlo 60 miembros. Si 16 lo desaprueban, entonces deberá resolverlo el presidente AFA y a Luis Segura ese día le quedarán tres por delante hasta cumplir su mandato. Si no lo hace, la decisión recaerá en Rodolfo D'onofrio, vice primero quien deberá ejercer la presidencia ante la acefalía. Claro que todo este juego de encastre y estrategias quedará reducido a nada si se alcanza la palabra favorita de Viamonte:
consenso y unidad.
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