La imagen no deja dudas. Es él. Mauro Martín, el líder de la barra brava de Boca y sobre quien pesa el derecho de admisión que debería haberle impedido el ingreso al Superclásico...
Pero no. El cabecilla de la hinchada "xeneize" pudo más que la ley y que los controles. Burló todo y a todos, hizo gala de su impunidad sin límites y observó el duelo contra River desde la tribuna visitante del estadio Monumental.
Más tarde acudió al Monumental y se lo vio rodeado de policías. Estaba vestido con un buzo de la Selección Argentina, gorro, gafas y un semblante serio. Se suponía no iba a ingresar al estadio, aunque finalmente lo logró.