Morales pasó por varios clubes del fútbol argentino: San Martín de Tucumán, Colón, Quilmes y Argentinos Juniors. En Chile se afianzó, con Universidad Católica consiguió un subcampeonato. Flaviana Sleeling, su esposa lo acompañó a todos lados: si bien estaban erradicados en Brasil, ella y sus hijos se instalaron en cada país donde le tocó jugar a JJ. En el país trasandino, su pareja, empezó a trabajar en la televisión. Y se hizo conocida.
A Morales le tocó irse a Venezuela: aprovechó la oportunidad y se fue a jugar en Mineros de Guayana, el equipo que podría enfrentar a Huracán en la fase de grupos de la Copa Libertadores. Allí ganó la Copa Venezuela. Su familia, sin embargo, regresó a Chile: la situación del país no estaba fácil. No conseguían leche, azúcar, pollo. Ni siquiera papel higiénico. "No podía dejar que mi familia viviera en esa situación", cuenta el ex Quilmes.
Se quedó sólo y le costó. Encima, no cobraba el sueldo: los meses de deuda llegaron a tres. Se cansó: el 10 de noviembre, harto del maltrato, rescindió su contrato. Y volvió con su familia.
Flaviana estaba trabajando en "Amor a prueba", un reallty show. El programa consistía en ocho parejas y ocho solteros que ingresaban a convivir en una casa, al estilo "Gran Hermano". El desafío estaba a la noche: cada pareja compartía en una cama de tres con uno de los solteros.
Sólo, libre del fútbol, la producción llamó a Morales. Le hicieron una propuesta económica interesante para que entrara a la casa. Y él, entre quedarse en diciembre esperando para conseguir algún club, e ingresar a acompañar a su mujer en el programa, accedió:
-Me ofrecieron entrar diez días. Yo en Chile era conocido. Querían darle más rating al programa. La televisión es muy loca...- dice Morales en su departamento en Buenos Aires: este año será el 9 de All Boys.
Efectivamente, fueron diez días. Dormían de a tres en una cama y Flaviana, a la soltera, "quería matarla". Todos los días, todo el día, un ejército de cámaras robóticas filmaba lo que hacía. La única diferencia es que a él le permitían salir de la casa.
-En ese tiempo no me mandé ninguna, je. Salimos como "pareja perfecta": pasamos la prueba. Llevamos ocho años de casados, viste...-
De todos modos, a Morales le molesta lo que se dijo de su participación en el reallty. Él —afirma y reafirma— no dejó el fútbol seis meses: "Yo estaba sin club, en una época donde no podía jugar. Por eso acepté. Si en Venezuela cumplían, yo estaría jugando la Libertadores este año".
Todavía extiende la prueba de amor: Flaviana continuará en Chile hasta el 20 de febrero. Está trabajando en un programa del canal Mega. Él busca un buen departamento para recibirla con sus hijos; el más chico tiene de dos años.
Pero para él gran desafío se dará en All Boys: "Quiero hacer goles, dejar mi nombre en el club: eso es lo más importante que le puede pasar a un futbolista". Se siente preparado: lo más difícil ya lo pasó:
-Es más fácil hacer goles que estar encerrado en un programa de televisión, ¡je!