En Lanús conocen bien a Enrique Cáceres, el árbitro que esta noche impartirá justicia en La Fortaleza, en la final de la Copa Libertadores frente a Gremio. Paraguayo, ya trabajó dos veces con el equipo de Jorge Almirón, y ambas veces fueron victorias para el Granate: ganaron 3-1 ante Chapecoense en Brasil, y le dieron vuelta la serie a San Lorenzo por 2-0. Gremio, por su parte, también lo tuvo en una ocasión: cuando vencieron 2-1 a Godoy Cruz en Porto Alegre.
Cáceres tiene 41 años y, según él mismo reveló en una entrevista con la radio paraguaya Primero de Mayo, nació en Argentina: "Nací en Argentina. Mi madre es de ese país, pero mi padre sí es paraguayo”, contó. Es contador público pero nunca ejerció la profesión ya que hizo una fuerte carrera en el referato continental.
Se hizo internacional en 2010, y su ascenso fue veloz: dirigió en las Copa América 2011, 2015 y 2016, en todas las Copas Libertadores que se disputaron desde ese año en adelante, y arbitró la final del Mundial de Fútbol sub-17 de este año entre Inglaterra y España.
Sin embargo, su trayectoria está rodeada de polémicas. En 2013, por ejemplo, estuvo en el choque entre Atlético Mineiro y Arsenal en Belo Horizonte. El partido terminó mal: los jugadores de Arsenal se pelearon con la policía a partir de un penal mal cobrado por el juez. De hecho, varios futbolistas fueron detenidos.
En la Copa América 2015 también no cobró un claro penal en el compromiso entre Bolivia y México que desató la furia del Piojo Herrera, el entonces entrenador azteca.
A pesar de sus antecedentes y de haber nacido en Argentina, Cáceres está firme: no sólo dirigirá el partido de esta noche, sino que también cuenta con grandes chances de integrar el plantel de árbitros que irá al Mundial de Rusia del próximo año.
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