-Es que para mí no existe un ideal de equipo porque uno siempre aspira a más. La posibilidad de mejorar a nivel colectivo, en especial en el aspecto ofensivo, es infinita. A nivel individual puede existir un techo, pero a nivel grupal siempre existe capacidad para progresar. Y por otra parte, podés ir fantaseando con un equipo titular pero es algo que casi nunca se da porque uno se lesiona, otro se va a la Selección, otro está en mala forma. Por ejemplo, nunca imaginé que Benítez fuera a explotar tan rápido y se convirtiera, de entrada, en un jugador tan importante, al punto que hoy es poco menos que "Benítez y otros diez".
-Cuando el equipo ganaba vos eras autocrítico.-Creo que estamos viviendo un momento normal, recién nos estamos armando. Para Tagliafico no es lo mismo jugar con Benítez, que con el Cebolla o Trejo adelante; a uno le gusta jugar pegado a la raya, al otro por adentro... no es lo mismo Vera con Albertengo, que Lucero y Benítez. Hay muchas cosas que vamos descubriendo durante los partidos porque no ha sido un inicio habitual, tuvimos chicos que llegaron dos días antes.
-¿Cuál es la prioridad para definir la personalidad del equipo?-Lo más sencillo es organizar al equipo, pero es una parte nada más del juego. Te organizás para defender, pero para atacar necesitás desorganizarte, desplegarte, generar problemas, que los jugadores aparezcan por cualquier lado. Y ahí se da lo que para mí es lo más fabuloso de este juego: ir conociendo a tu plantel, que te digan dónde se sienten más cómodos, con quién se entienden mejor. Las variantes y los progresos en función de ataque no se acaban nunca. Hoy no tenemos a Mancuello, el mejor del último año; espero que se ponga bien, cuando lo haga, va a ser el mejor fichaje.
-¿Cómo manejan el tema del exitismo? porque en el torneo metieron cinco victorias al hilo y, después de dos empates, aparecieron caras largas y silbidos.-Lo más importante es el contexto, saber de dónde venimos y cuánto cuesta construir un equipo competitivo. En eso estamos, Independiente tiene mucha gente y muchas veces pesa más lo negativo que las positivo.
-¿Sentís eso?-Sí, claro, es una característica de este país. Basta con poner un informativo a la noche para darse cuenta, es más noticia un accidente que un niño que se recibió en una escuela rural después de haber viajado 39 kilómetros diarios durante cinco años en bicicleta. Estamos acostumbrados a eso.
-¿Ya palpitás el clásico?-Ahora viene Huracán, la semana que viene planificaremos el partido con Racing. Y habrá que pensar sólo en lo futbolístico. Los partidos de gran marco son en los que más posibilidades tenés de dejar de prestar atención a lo que sucede en el juego. Es muy importante porque son nuestros primos, los vecinos del barrio y todo el folklore, pero no creo que ganarlo te permita salvar el año; hay que ganar el clásico y todos los partidos. Queremos entrar a la Libertadores.
Independiente es un equipo que propone siempre; esa nobleza, ¿puede convertirse en una desventaja para enfrentar a rivales que hagan lo que hizo Lanús por la Copa Argentina, que jugó a no dejarlos jugar?-Hay dos o tres cosas que debemos aprender: una de ellas es a tener paciencia cuando un rival se te mete atrás, que es lo más difícil del fútbol mundial. Hoy, el nivel de organización de los equipos ha crecido muchísimo.
El otro día, con Estudiantes, quedamos con uno más y buscamos con pases-gol desde todos lados, pero uno se tiene que saber mover para encontrar los espacios. Hay que saber manejar los tiempos del partido con el equipo ganando o perdiendo; esas situaciones no pueden alterar el rendimiento.
-Pero a veces, cuando el partido se acaba, ¿no hay que olvidarse de algunas pautas? Por ejemplo, contra Estudiantes, se terminó generando un ataque del rival de un corner a favor o en los segundos finales nadie tiró la pelota al área.-Eso tiene que ver con la lectura que hagan los jugadores, interpretar lo que está sucediendo. En la jugada del corner me volví loco... y también hubo una jugada en la que empezamos a tocar para atrás y terminó en un corner en contra. Claro, cuando nos juntamos para tocar le creamos problemas a todo el mundo. Pero el análisis es más profundo, por ejemplo en el último Mundial, yo escuchaba a los comentaristas decir: "Brasil no tiene recursos, Holanda no tiene recursos, Argentina no tiene recursos", para explicar porque no podían quebrar a equipos como Argelia o Irán... "¿Cómo puede ser?", me preguntaba, "si esas selecciones no tienen recursos ¿qué nos queda a nosotros en Estudiantes?". ¿No será que es difícil atacar a un equipo que se te organiza y se te mete atrás? ¿No será que es muy complejo jugar contra diez tipos que reducen espacios? Encima, hoy la circulación de la información es tan grande que Benítez, que de entrada sorprendió, ahora le va a costar mucho hacerlo.
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