Quilmes-Racing: un final cantado para mandar todo al Diablo...
Tras el pitazo final, los hinchas de ambos equipos se unieron en un solo grito: “El que no salta se va a la B”. Los de Quilmes festejaron quedar a un paso de mantener la categoría y los de Racing se mofaron de su clásico rival.
Fue muy raro. Después de tanto tiempo hablando y sacando conjeturas sobre la actitud con la que podían llegar a jugar los futbolistas de Racing, presionados por sus hinchas para que vayan a menos para así perjudicar a Independiente, su archirrival, el día llegó y éstos parecieron adaptarse al libreto. Aunque el nivel exhibido fue bastante similar al que había mostrado ante Arsenal y Godoy Cruz, hicieron muy poco para revertir esa imagen. Todos unidos por la causa.
El denominado 'partido del morbo' se vivió de una manera particular y esos condimentos que se dieron en la previa se trasladaron, como no podía ser de otra manera, al estadio. Desde el vamos, los hinchas de Racing sentaron postura y, consultados sobre cual sería el mejor resultado para su equipo, la gran mayoría no dudó en asegurar: "la derrota".
La apertura del marcador llegó antes de los diez minutos. La conquista de Cauteruccio no tuvo nada de raro, pero sí lo que se provocó en la popular visitante. "El que no salta se va a la B", bajó de una cabecera que pareció disfrutar casi tanto como los miles de Cerveceros que coparon el Centenario. Eso sí, el gol no se festejó.
Independiente no fue el único blanco elegido para los insultos. Los de la Academia (los de Quilmes también) se la agarraron con Julio Grondona, el Presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, a quien le dedicaron un trapo con la frase "'Grondona: vendiste el alma del fútbol", aduciendo un supuesto arreglo para que el 'Diablo' mantenga la categoría.
Otro dato curioso fue el momento en el que los futbolistas se retiraron a los vestuarios tras el final del primer tiempo. Eufóricos, los del Cervecero se rompieron las palmas aplaudiendo a los dirigidos por Luis Zubeldía, como agradeciéndoles el poco sufrimiento que les habían hecho pasar. Todo lo contrario cuando les tocó jugar el segundo tiempo del lado de sus hinchas, que los hostigaron y les reclamaron por la derrota sufrida frente al Rojo en el inicio del torneo.
Una vez que Saúl Laverni marcó el final del encuentro, los hinchas de Racing y los de Quilmes coincidieron en un mismo grito: "el que no salta se va a la B". Vivencias poco corrientes para un partido de fútbol del que se podrán sacar miles de conclusiones.