El equipo de Gallardo tenía que revertir un 0-3 en contra y ganó con una contundencia pocas veces vista. Fue 8-0 en el Monumental con cinco de Scocco, dos de Enzo Pérez y el restante de Nacho Fernández

Antes de los 10 minutos el partido se jugaba contra el arco boliviano. Lo tuvo el Pity de tiro libre y la bola se fue cerquita del ángulo, hubo tres pelotas paradas que levantaron a todo el mundo hasta que un pase de Ponzio, profundo y exacto, dejó a Scocco contra los dos centrales; Silva lo perdió, Zenteno se comió un caño y Olivares quedó desparramado con una gambeta para que el final de la jugada sea un golazo. Scocco que en Cochambamba erró en la primera la gritó. River era una tromba y a los pocos minutos antes del cuarto de hora el propio Scocco volvió a hacer toda la fuerza para meterse en la historia de River.

River Libertadores

Auzqui por afuera de puntero derecho encaró, centro y Nacho hizo todo bien, el enganche y el zapatazo al arco para que la pelota pegue en al palo y mueva la red. Un inicio perfecto para el Millo. Increíble pero la tercer pelota que tocó tuvo el mismo destino de red. A los 20 minutos, con tres goles de Scocco, River ya estaba a un gol de las semifinales. Nadie hubiera soñado terrible partido en tan poco tiempo.

Después empezó otro encuentro. El equipo de Gallardo siguió manejando la pelota, pero con más paciencia, con absoluto dominio y sabiendo que no tardaría en llegar el cuarto. Lo hizo Enzo Pérez luego de una jugada colectiva impresionante y un definición de pura clase y un festejo de puro hincha del volante. Fuera de libreto el pase del goleador que casi que puede decir que en ese primer tiempo el delantero anotó 3 goles y medio.

ocho goles river.mp4

En 40 minutos del primer tiempo un hincha bromeaba, “terminalo juez”. Al entretiempo se fue el partido en una noche que superó absolutamente todo lo soñado. La clasificación que desde hacía una semana bordeaba el milagro, estaba sellada.

El segundo tiempo empezó igual como gol. Quién otro que Scocco y con una jugada del pibe Montiel. La fiesta empezaba a delirar gargantas, historias y emociones abundó no se habían jugado ni siquiera 50 minutos de partido. Fueron 5 goles para todos los gusto y para que el Millo ponga el pie en un momento que se metió en la historia de un modo irremediable e inevitable.

A ese momento del partido, Wilstermann necesitaba hacer dos goles para hacer que aquel 3 a 0 le sirva de algo. Nada iba a pasar porque el sexto llegó con una corrida de Auzqui y un centro atrás que Nacho Fernández definió con toda claridad. El tablero marcaba 12 minutos del segundo tiempo y un 7-0 pintaba con los colores de la gloria la casaca 11 de Nacho Scocco con un quinteto de goles que nunca más nadie va a olvidar.

El gol de Enzo Pérez para cantar 8 fue de una corrida y una calidad que obligó a todo el estadio a corear un “Enzoooo” que fue un homenaje a Francescoli. Luego hubo momentos para el estadio se caiga encima de Scocco cuando salió, para que la gente ovacione al Pity y para que Nacho Fernández siga jugando como si a la clasificación le faltara un gol. La historia del Millo se abrió de par en par para que Gallardo siga cada vez más metido en el podio de los más grandes con ese grito de la gente que no paró de cantarlo cada vez que el equipo deslumbraba.

El relato del partido y las formaciones

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