Gallardo hace varios meses que diseñó el semestre pensando en el 2017 y en la posible vuelta a la Libertadores. Los 15 millones de dólares que se invirtieron en el armado del nuevo plantel se venía analizando desde hace tiempo porque ya se veía venir el fin de un ciclo de jugadores que ganaron todo y que ya no están.
La pretemporada en EE.UU., el nuevo dibujo táctico, las caras nuevas, los que llegaron hace no mucho y ya son parte de la base y los dos objetivos de la Recopa y la Copa Argentina desembocan en un sólo lugar, la Libertadores del 2017.
El peaje es la Copa Argentina que fue el banco de prueba de regreso de la pretemporada y que tras levantar la Recopa ante Independiente Santa Fe se convierte en lo único que importa de acá a fin de año.
Los jugadores que llegaron fueron elegidos para reemplazar a jugadores muy puntuales y para ocupar espacios tácticos específicos. Moreira que estaba detrás de Salazar vino por el adiós de Mercado. Lollo y Mina llegaron para competir con Maidana y con el puesto libre que había dejado Ramiro y que Balanta no pudo ocupar.
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