El uruguayo convirtió desde los doce pasos en los octavos de final de la Copa Libertadores ante Boca Juniors y este miércoles también fue clave para marcar el segundo gol que le dio la tranquilidad a River para quedarse con la Copa Libertadores
¿Lo vas a tirar?, le dijo el capitán Fernando Cavenaghi a Carlos Sánchez instantes antes de ejecutar el penal que sería el segundo gol de River Plate para conseguir la tranquilidad que necesitaba el Millonarioen la final de la Copa Libertadores ante Tigre.
El uruguayo no falla. Cuando le tocó, la agarró, dijo "lo pateo yo" y convirtió. Fue así que en los octavos de final del certamen, Sánchez fue clave en la llave ante Boca Juniors por los octavos de final donde, en el mismo Monumental, convirtió el penal que le dio la victoria por 1 a 0 en el partido de Ida.
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Y otra vez apareció en la final de la Copa, cuando el partido estaba complicado y la lluvia empeoraba las cosas. Ahí dijo presente otra vez. El uruguayo agarró la pelota con actitud y fue contundente. No falló. No perdonó. Entonces la fiesta fue completa y Sánchez fue la figura en la final.
La lluvia fue un baño de gloria con el tercer gol de Ramiro Funes Mori y River levantó la Copa, otra vez, 19 años después. River volvió a ser River.