
"Yo siempre miro para adelante. Lo de atrás me ha costado mucho y me da más fuerzas para seguir adelante pero mirar para atrás cuando has ganado tantas cosas no te hace bien. Hay que mirar al objetivo próximo", comentó.
Consultado sobre a qué le tenía miedo cuando era chico, sentenció: "A estar preso. Vivía en un barrio donde la delincuencia y la droga eran cotidianas, siempre le tuve mucho respeto a la policía".
En ese sentido, remarcó que su pasado le sirvió "para ser una persona derecha y saber cuáles son los valores de la vida". "La volvería a vivir y siempre volvería a mi barrio. (Me enseñó) los códigos de la calle. Me enseñó a ser hombre, siempre digo que la escuela me pudo haber enseñado poco, pero la calle mucho", agregó.
Carlitos recordó que de niño "jugaba mucho a las bolitas" con sus amigos y que "era muy pobre para coleccionar figuritas". ¿Cómo quién quería jugar? "Como buen argentino quería ser El Diego, pero eso era como querer parecerse a Dios y era imposible, por eso también me quería parecer a Batistuta, era más de tener los pies sobre la tierra".
El delantero de la Juventus habló de su enorme tatuaje en la espalda: "(Es) La resurrección de los muertos. Cuando fui al Vaticano a visitar al Papa Francisco lo primero que vi nada más entrar a la Capilla Sixtina fue un fresco en el techo de la resurrección de los muertos. Me impactó mucho. En la tienda de souvenir me compré un libro del Vaticano y cuando lo abrí lo primero que apareció fue otra vez la imagen esa. Y dije: 'Me la tatúo en mi espalda'".
En cuanto a su visita al Papa Francisco, lo definió en pocas palabras: "Dejas de sentirte nervioso a las dos palabras de lo sencillo y cercano que es".
En cuanto a lo estrictamente futbolístico, reconoció que pensó en dejar el fútbol cuando se peleó con el técnico Roberto Mancini, en el Manchester City, y que aprendió de esa experiencia: "Cuando uno se golpea mucho tiene que madurar... si sigues por el mismo camino no es lo correcto".
Tevez comentó que la última vez que lloró por el fútbol fue cuando la Selección Argentina se quedó afuera del Mundial, aunque sostuvo que no le dolió ver el torneo desde afuera: "Nunca me sentí parte del grupo. Ahora sí me siento parte".
Además, desmintió una pelea con Lionel Messi: "Es un comentario de los periodistas. En Argentina hablan mucho de o Messi o Tevez, el uno o el otro. Pero nosotros siempre nos hemos llevado bien, dentro y fuera de la cancha. Messi nunca le dirá a un técnico quién tiene que jugar y quién no. Creo que no tiene no el poder sino la capacidad él humanamente para decir eso".
Sobre Boca, sentenció: "Yo es que soy muy hincha de Boca, toda mi familia lo fue. Cumplí el sueño de jugar y ganar con ellos. Boca es... qué sé yo, una pasión que no se puede explicar. Vas domingo a domingo y sabes que vas de fiesta al estadio, gane o pierda el equipo sabes que vas a ver a Boca y eso lo hace distinto. Vas a ver cualquier otro equipo y si juega mal la gente empieza a sentirse mal y a putear. En la cancha de Boca no, allí siempre es alegría, jueguen bien o mal".
Fuente: El País