Los simpatizantes del Rojo que estaban en la tribuna del estadio Arena Condá de Santa Catalina se enfrentaron con los efectivos de seguridad: golpes, palazos y rostros ensangrentados. El partido ante Chapecoense se detuvo durante 15 minutos.
No por repetido dejar ser indignante. Una vez más una parcialidad argentina que se dirigió al país vecino (viajaron unos 3.500 hinchas de Independiente), sufrió una violenta represión de parte de las fuerzas policiales brasileñas. Los incidentes, de acuerdo a lo comentado por Noray Nakis, uno de los vicepresidentes del equipo de Avellaneda, finalizó con "un par de heridos graves".
Lo primero que se pudo observar fue como los simpatizantes del Rojo, que ocuparon una tribuna que da espaldas a uno de los arcos, mantenían discusiones con las fuerzas policiales. Lo que intentaban los hinchas argentinos, era que algunos de sus compañeros de tribuna no fueran detenidos.
Pero luego, todo fue creciendo en intensidad. A punto tal que, el ecuatoriano Zambrano se vio obligado a postergar el desarrollo del encuentro.
Algunos futbolistas del equipo de Avellaneda, encabezado por el delantero, Germán Denis, intentaban calmar a los argentinos. Pero luego comprobaron que lo que querían, eran protegerse de los bastonazos de las fuerzas del orden.
VIDEO: Las imágenes del enfrentamiento
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Así fueron los incidentes en la tribuna entre hinchas de Independiente y la policía pic.twitter.com/lF2qec9LPk
Fue allí cuando se vio a algunos hinchas con sus cabezas ensangrentadas, lo que encendió la ira de los otros hinchas y fue durante esos pasajes, en donde se vivieron los hechos de mayor tensión ya que, por un lado, algunas de las personas que estaban en las tribunas, intentaron reaccionar mientras que, la policía, fue haciendo un cordón que desembocaba en la salida de la tribuna, haciendo recordar a aquellos viejos operativos policiales de aquellos partidos calificados como de "alto riesgo", en donde la tribuna de la parcialidad visitante era rápidamente desalojada, mientras se retenía a los locales.
Aunque con el lamentable saldo indicado líneas arriba, el partido se reanudó.
Pero eso no impidió que la bronca creciera. En tal sentido, el volante del Rojo Cristian Rodríguez enfatizó que "es la policía brasileña, a la cual siempre le gusta pegar".
Aunque resulte paradójico, por fortuna no sucedió algo más grave, ya que bien a esta altura podríamos estar hablando de algo peor. Pero lo cierto es que la policía de Brasil sigue mostrando una severidad que no se ve en otros países de la región, en cuanto a su intensidad y que obliga a repensar los riesgos que implica concurrir a un partido de fútbol que tenga como sede al país vecino en donde, infortunadamente los hechos que realmente de pena relatar, parecen sucederse sin solución de continuidad y sin que nadie los pueda atemperar.
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