Esta mañana ocurrió lo que cada tanto pasa en Casa Amarilla, mientras Boca entrena. Cuando las cosas en el Xeneize no están bien, o no salen como los hinchas lo esperan, aparece el Colo en las prácticas. El Colo deja su apoyo, sus mensajes de aliento, en banderas. Son trapos hechos a mano, improvisados, y los cuelga en los paredones del predio.
"¿Cuánto hacía que no perdíamos de local? Tranquilo jugadores corran y metan como hasta ahora y que sigan hablando…", dice la bandera de fondo amarillo y una desprolija letra azul. Al lado, otra rescata, según la mirada de este particular hincha, los logros del club en estos años: menciona el número de socios, el éxito de las inferiores y el compromiso social del club.
Pero hubo más. Con sus banderas, el Colo apoyó a Cata Díaz —lo llamó "nuestro gran capitán"—, les agradeció "por todo" a tres jugadores de segundo línea que ya no siguen en el club como Marcelo Meli, Andrés Chávez y Cristian Érbes, apoyó a Agustín Orion y lo catalogó como "el mejor después del Mono" ignorando a Óscar Córdoba y Roberto Abbondanzieri, y felicitó a Coqui Raffo por su trabajo en divisiones inferiores.
"No quiero hablar de mí, sino de Boca. La verdad es que no tenemos que cometer los mismos errores. Acá la culpa no es de nadie. La Comisión Directiva hizo lo posible por darle un título internacional a Boca", contó el Colo en una entrevista con La Nación en la única entrevista que dio, luego de la inesperada eliminación del Xeneize en la Copa Libertadores ante Independiente del Valle.
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