Abandonó el país el avión venezolano-iraní que estaba retenido en Ezeiza desde junio del 22

La aeronave, un Boeing 747-300 matrícula YV3531, pertenecía a la empresa venezolana Emtrasur y era reclamada por las autoridades de Venezuela para que sea devuelta. Sin embargo, la Justicia y el Gobierno de Estados Unidos pidió el decomiso de la nave en base a la transferencia irregular por parte de la aerolínea iraní Mahan Air a Emtrasur.

El objeto volador, fabricado en Estados Unidos, fue comprado por Venezuela a la iraní Mahan Air y llegó a la Argentina transportando autopartes de Volkswagen. No obstante, desde los Estados Unidos sostienen que la venta de Mahan Air a la empresa venezolana Conviasa violó el embargo dispuesto contra esa aerolínea e Irán, por lo que solicitó su decomiso.

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El Boeing aterrizó en Buenos Aires el 6 de junio de 2022 con una carga de autopartes de SAS Automotriz, una firma que comercializa asientos y panel de instrumentos para Volkswagen. El 8 de junio, dos días después de su llegada, el avión intentó volar a Uruguay para cargar combustible, pero el gobierno de ese país le impidió aterrizar.

Luego de dicha situación, la Justicia argentina retuvo a la tripulación de la nave, integrada por quince venezolanos y cuatro iraníes, pero al concluir que no cometieron delito alguno, todos fueron liberados con falta de mérito. El pasado 29 de diciembre, el juez federal Federico Villena ordenó el decomiso definitivo del avión iraní de Emtrasur.

Esta historia del avión venezolano-iraní en el país llega a su fin días después de un confuso episodio: un diplomático de la embajada de Venezuela se acercó, sin autorización, a la aeronave para tomarle fotografías.

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El hombre, identificado como José Jesús Jatar Díaz, ingresó al aeropuerto internacional de Ezeiza y se dirigió hasta una zona restringida donde está el avión. En ese lugar, sacó varias fotos de la aeronave con su teléfono celular hasta que fue sorprendido por efectivos de la PSA (Policía de Seguridad Aeroportuaria).

Un informe de la PSA elevado a la Justicia destaca que Jatar Díaz, primer secretario de la embajada venezolana, estaba acompañado por un empleado de la ANAC (Administración Nacional de Aviación Civil), que le habría permitido el ingreso hasta el área restringida.

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Por el hecho se abrió una causa judicial y ya se pidieron varias medidas de prueba para saber cómo entró el diplomático al aeropuerto, por qué lugar ingresó, quién lo autorizó, entre otras cosas.

La aeronave estuvo más de un año bajo custodia del Servicio de Alguaciles de los Estados Unidos. De hecho, realizaron inspecciones mecánicas y de los lugares de almacenamiento, aunque todas las tareas de mantenimiento quedaron a cargo de la empresa Risk Mondial, Aviation & Recovery.