El 15 de noviembre de 1992, el odontólogo Ricardo Barreda mató a escopetazos en su casa de La Plata a su esposa Gladys Mac Donald (57), su suegra Elena Arreche (86) y a sus hijas Cecilia (26) y Adriana (24). Primero negó la acusación e intentó hacer pasar el hecho como un robo a su casa. Finalmente confesó y en 1995 fue condenado a reclusión perpetua.
Después de casi 30 años de aquel trágico y recordado suceso, la casa del múltiple femicida reabrió sus puertas esta mañana y sorprendió a los vecinos. Lo cierto es que a la vivienda de calle 48 entre 11 y 12 llegó una grúa que más tarde se terminó llevando dos viejos autos del garage.
Un DKW de color blanco en estado de abandono absoluto y Ford Falcon verde que fue el auto que Barreda usó incluso posteriormente a cometer el cuádruple femicidio, y que llegó a ser peritado por la Policía.
La casa evidencia un estado de abandono total e incluso en abril de este año hubo un principio de incendio que los bomberos pudieron combatir antes de que se extienda.
En octubre del año pasado, tras años de espera, la casa de Barreda pasó finalmente a manos de la Provincia de Buenos Aires con el objetivo de ser entregada luego al Municipio de La Plata por lo que el operativo de este jueves tiene que ver con su próxima reconversión en un centro de atención y prevención para víctimas de violencia de género.
"Una ley de expropiación que esperó mucho tiempo", decía en ese entonces la ministra de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual bonaerense, Estela Díaz, y resaltaba que este traspaso era una de las misiones que su cartera tenía previsto cumplir desde su creación.