Ahora, pensemos en un niño con una discapacidad motora. Un niño que no puede manipular un juguete por su imposibilidad para movilizarse. Para los chicos, también existen juguetes adaptados con switches, pero las posibilidades de conseguirlos son, también, escasas.
Manos a la obra
En una escuela pública de Glew (la técnica n°2), partido de Almirante Brown, los alumnos del séptimo y último año cursan la materia "Prácticas profesionalizantes", que propone eso: llevar a la práctica lo que aprendieron de manera teórica. Trabajan con proyectos. Y desde principio de este año que en conjunto con la Fundación Cirer trabajan, también, para que chicos con discapacidades puedan jugar.
Cirer es una entidad de bien público sin fines de lucro dedicada a la prevención, diagnóstico, asistencia e investigación de las patologías neurológicas, psicológicas, del lenguaje y otras afecciones relacionadas a patologías discapacitantes.
La idea del proyecto lo tuvo la fundación y su presidenta, Constanza Pavón, fue quien la llevó a ET N°2, donde aceptaron sin problemas. Así, comenzaron a trabajar en conjunto con el objetivo de construir juguetes adaptados para los chicos que asisten a Cirer.
"Hicimos un buen equipo con la profesora: ella desde sus conocimientos en electrónica y yo desde los míos en cuanto a las discapacidades y las funciones de los switches", comentó a DiarioPopular.com.ar Pavón, quien se encargó de capacitar a los alumnos de la ET N°2 y de contarles, por ejemplo, cuáles son los diferentes tipos de artefactos. Los switches pueden generar una acción por presión manual, de la cabeza, del pie, de la rodilla, de aire y hasta por medio de la visión.
Así, la tecnología logra brindarles a las personas con discapacidades una mayor autonomía.
Los materiales básicos para realizar los artefactos de tecnología auditiva fueron proporcionados por Cirer. Pero los alumnos, además, trajeron objetos, juguetes viejos y otros materiales de sus casas.
"Al principio se preguntaban qué tiene que ver esto con informática. Yo les hablaba de que por un lado está el trabajo en sí y por otro lado la cuestión solidaria. Y también algo que podría ser una salida laboral porque no es algo que esté muy explotado en el país", detalló Rosana Odorisio, profesora a cargo de la materia Prácticas Profesionalizantes.
Algunos crearon juguetes desde cero y otros acondicionaron juguetes ya construidos. Antes de poner manos a la obra, hubo un proceso de investigación: "Vieron cómo armar esto para que se mueva, para que la muñeca que habla cuando le tocás el pecho pueda hablar...", agregó Rosana.
No es la primera vez que la ET N° 2 se compromete de manera solidaria con la comunidad. "Lo venimos haciendo con máquinas que la Municipalidad nos trae por un proyecto que tienen ellos de basura tecnológica: ellos nos traen las máquinas que se desechan y nosotros armamos otra con partes y se donan a jardines o a escuelas que lo necesitan", ejemplifica.
El día llegó
El trabajo de los estudiantes se completó con la entrega de los juguetes a los chicos de la Fundación. El pasado 4 de noviembre se realizó la muestra anual de los alumnos y allí invitaron a los beneficiarios de su trabajo.
Después de varios meses de investigación y de trabajo, el moñito del paquete fue ese encuentro.
"A mí me da mucha alegría ver a chicos de escuela pública que trabajen con entusiasmo e interés hacia este proyecto 'cuasi' social. Es gratificante y me hace sentir que no todo está perdido con respecto a los jóvenes", manifestó, emocionada, Constanza.