El monseñor manifestó que "los trabajos de superchería son una verdadera perversión de la religiosidad".
"Las diversas prácticas de brujerías o hechicería mediante las que se pretende domesticar potencias ocultas para ponerlas a su servicio y obtener un poder sobrenatural son gravemente contrarias a la virtud de la religión, aunque se hicieran con la finalidad de ser curados de un mal o enfermedad propia o de otra persona", consideró al portal El Liberal.
Torrado Mosconi pidió estar atentos "porque las sectas suelen someter a sus nuevos adeptos a un tratamiento que suele consistir en pocas horas de sueño, una alimentación incompleta, trabajos agotadores y largos periodos escuchando un adoctrinamiento a través de charlas, grabaciones, lecturas, música y cantos".
"Suelen introducirlos paulatinamente en un código comunicacional específico, solamente entendido por los miembros del movimiento. Se los induce a un rotundo cambio de vida, valores, criterios y pautas de comportamiento. Casi siempre son separados física o afectivamente de sus familias y amigos de tal modo de ser rodeados solo por los miembros de la secta", indicó con preocupación el cura.
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