De médico a paciente: el 75% de los especialistas en cardiología sufrió estrés laboral

Esa fue la conclusión de una encuesta realizada por la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) a la que tuvo acceso Popular. Del relevamiento participaron 756 en expertos esta área y la prevalencia del SBO fue muy superior a la reportada en sondeos similares en cardiólogos de Estados Unidos.

La Organización de Mundial de la Salud (OMS) define al burnout (agotamiento, en inglés) como "un síndrome conceptualizado como resultado del estrés crónico en el lugar de trabajo que no se ha manejado con éxito". Según la entidad sanitaria, este cuadro "se caracteriza por tres dimensiones: sentimientos de agotamiento o agotamiento de energía; mayor distancia mental del trabajo, o sentimientos de negativismo o cinismo relacionados con el trabajo; y reducción de la eficacia profesional”.

Cómo afecta el estrés laboral a los cardiólogos argentinos

En un principio, el 69% de los cardiólogos argentinos consultados manifestó autopercibirse con agotamiento laboral, mientras que el 31% dijo no sentirse afectado por el desgaste profesional. Claro que, luego de la declaración subjetiva del estado de agotamiento, se les ofreció a los encuestados realizar el test de Maslach, diseñado y validado para establecer o no el diagnóstico de SBO que evalúa la esfera de agotamiento emocional, la presencia de despersonalización y la realización personal.

A través del mismo, el 75% de los especialistas en cardiología confirmó el diagnóstico. Al ser consultada por Popular, la doctora Alejandra Ávalos Oddi (MN 70.983), médica cardióloga y directora del Consejo de Aspectos Psicosociales de la SAC, explicó que "el síndrome de burnout se ha convertido en uno de los riesgos laborales psicosociales más importantes en la sociedad actual". Y continuó: "Se utiliza para referirse a un trastorno de origen emocional, con implicaciones psicológicas y físicas, causado por altos niveles de estrés sufridos de forma prolongada en el ambiente laboral, en el área de la salud”.

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Ávalos Odis advirtió, en ese sentido, que "es necesario comprender la complejidad y el alcance que dicho síndrome tiene no sólo en la salud y la calidad de vida de los médicos, sino también en la calidad de atención de los pacientes". Según la especialista, "eso genera la posibilidad de errores médicos, adopción de posturas pasivo-agresivas, mayor ausentismo laboral e, incluso, el abandono de la profesión".

Entre otros datos, la encuesta señaló que el síndrome de burnout fue más frecuente entre los cardiólogos menores de 40 años, lo que tienen menos de una década en el ejercicio de la profesión y en las especialistas mujeres, en quienes fue más prevalente tanto por autopercepción como por el test de Maslach.

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La prevalencia del estrés laboral en los cardiólogos argentinos fue muy superior a la reportada en sondeos similares realizados en EE.UU.

“Está claro que la prevalencia del SBO en nuestro medio es mayor que la reportada por diferentes registros americanos. No fue objetivo de nuestras encuestas evaluar las causas, aunque en los informes americanos se menciona como responsables e impulsores del agotamiento a los objetivos de eficiencia / productividad poco realista, el escaso tiempo asignado para el encuentro con el paciente, las altas cargas administrativas y la intensidad del trabajo, entre otras”, sostuvo la doctora Yanina Castillo Costa (MN 92.845), médica cardióloga y directora del Área de Estadísticas y Métricas de la SAC.

"En nuestro país, además de estos factores, se sumarían el bajo salario, la necesidad de pluriempleo, la precariedad laboral, las dinámicas de trabajo hostiles, la incertidumbre en el ambiente de trabajo junto a la tensión financiera y la escalada de opiniones negativas hacia los médicos”, agregó la especialista.

Cardiología: preocupa la falta de insumos médicos

A ese escenario complejo se sumó otra problemática en los últimos días: la falta de insumos médicos. Las principales entidades cardiológicas del país alertaron que el inconveniente "genera graves dificultades en la realización de estudios de diagnóstico y procedimientos cardiovasculares". Y destacaron también que "esta situación no sólo afecta la realización de intervenciones programadas, sino también las de urgencia".

En diálogo con Popular, la presidenta de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA), Ana María Salvati, expresó su preocupación por la falta de material de contraste. "En lo relacionado con lo cardiovascular, se lo requiere para todo lo que es estudio de hemodinamia, cateterismo, observación de vasos sanguíneos, ya sean arterias o venas. Si no tenemos material de contraste no hay estudios de diagnóstico, ni procedimientos terapéuticos, como por ejemplo hacer una angioplastia y colocar los stents”, puntualizó la doctora (MN 56.777).

Por la falta de este insumo, explicó Salvati, la mayoría de las instituciones decidió “diferir lo programado y guardar el stock de material de contraste para los casos graves y las emergencias, como un infarto, un ACV, una hemorragia cerebral y todo ese tipo de casos que no deben esperar, porque si no aumenta la mortalidad y la discapacidad del paciente”.

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Durante una reunión mantenida esta semana con funcionarios de la Secretaría de Comercio, los representantes de distintas áreas cardiológicas de la Argentina advirtieron que, frente a las dificultades para importar, también faltan válvulas cardíacas, stents, guías para hacer los cateterismos y prótesis para procedimientos endovasculares. "Fue un buen encuentro. Ellos escucharon nuestros problemas y se mostraron receptivos a resolver el tema de la falta de insumos ", comentó Salvati.

La especialista, que se desempeña como jefa de cardiología en una clínica del Conurbano, detalló cómo se ve afectada su tarea por este inconveniente. “En la parte de hemodinamia hacemos alrededor de 100 cateterismos por mes, de esos que necesitan sí o sí material de contraste. La mitad de esos 100 son urgencia. Mirá si nos complica en el día a día”, aseguró la doctora. Y concluyó: “Cuando llega un paciente con un infarto, hacemos un cateterismo, inyectamos este líquido en las arterias del corazón, vemos cuál está obstruida, la abrimos con un baloncito con el cual se llega hasta la arteria y le colocamos un stent. Pero si no tenemos ese insumo, todo el proceso queda imposibilitado”.