Facundo Manes es un científico reconocido internacionalmente. Gastón, es abogado y Master en Literatura Española. Son Los Manes, de Salto. Vidas ejemplares.

Facundo Manes es el científico más famoso de la Argentina. Ha visitado cada rincón del país con el fin de difundir, de un modo ameno y pedagógico, el valor de la neurociencia aplicada a la educación a la que considera, como lo hacían los Padres de la Patria, el motor del cambio social y del crecimiento económico. Es reconocido como uno de los grandes cerebros del país.

Aunque menos famoso, su hermano Gastón, es un abogado, profesor de Derecho Internacional Público y Master en Literatura Española de la Universidad dee Barcelona, cofundador -con Facundo, hace 15 años- de la Fundación Ineco que promueve la investigación en Neurociencia. Pero al igual que Facundo es otra de las mentes brillantes que quiere que la Argentina se desarrolle en base a la educación y al esfuerzo. Con ellos se puede hablar de todo lo humano. Juntos construyen un camino para lograr una mejor calidad de vida para todos, basada en el sacrificio personal.

La historia de vida de los hermanos Manes es un paradigma. Se parecen a miles de argentinos que crecieron con valores, contenidos por una familia de clase media que creía firmemente que el desarrollo personal, que la "movilidad social ascendente", solo era posible sobre la base del esfuerzo personal y la educación. POPULAR entrevistó a Facundo y Gastón Manes, dos argentinos exitosos, cuya historia es una fuente de inspiración para todos.

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Papá médico. Mamá, ama de casa

Los hermanos Manes se criaron en un típico hogar de clase media rural. Su padre, Pedro Manes, "nació en Tucumán, vino a estudiar a Buenos Aires, donde se recibió de médico, especializado en cirugía, hizo la residencia en el Hospital Italiano, y se fue a vivir a Quilmes, donde conoció a nuestra madre (Dora Blazevich), una mujer de campo, de Salto, de una familia croata. Se conocieron por casualidad. Al poco tiempo se casaron y primero nació Facundo, en el año 1969, en Quilmes y al poco tiempo, en 1970, nací yo", contó Gastón, el menor de los hermanos.

Pero la señora de Manes extrañaba la vida en el campo....Por ello, toda la familia se mudó. "Primero fuimos a Arroyo dulce un pueblito muy chiquito" -continuó Gastón-. "Tenía unos 1.500 habitantes"", agregó Facundo.

Al poco tiempo, cuando los chicos tenían 6 y 7 años, se trasladaron a la capital del partido, la ciudad de Salto -"fue como mudarse a París", graficó Gastón-, donde el papá "atendía desde partos, hasta cirugías menores, y toda clase de dolencias", recordó.

La mamá fue una jefa de "hogar tenaz y ordenada", describió Facundo, mientras que "papá era un bohemio, un intelectual". "Él nos decía: 'en la vida hay dos cosas importantes, el amor y el conocimiento porque reflejan lo mejor del ser humano que es la inteligencia y la generosidad' y con ese criterio nos criamos", explicó el mayor de los Manes.

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Favaloro o Superman

"Mientras todos los padres le enseñaban a sus hijos que los superhéroes eran personajes como Superman y los llevaban al cine a ver ese tipo de filmes, él nos decía que había un verdadero héroe, un médico argentino, que a los 40 años estaba en un pueblo como este (por Salto) y se fue a Estados Unidos y no sabía inglés, y empezó como cadete y en 10 años desarrolló la cirugía más importante del mundo y cuando era el médico más famoso del mundo se vino a la Argentina y se comprometió con su sociedad". "Ese médico, era el doctor René Favaloro", contó con emoción Facundo Manes, uno de los grandes científicos argentinos que, precisamente, es el especialista en Neurociencia de la Fundación que lleva el nombre del gran cardiocirujano.

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Si va a Salto, pregunte por Goropo y Chinchu

Gastón y Facundo Manes son dos profesionales respetados en la Argentina y en el mundo. Pero en Salto, aunque se los quiere mucho, a nadie se le ocurriría usar los nombres que figuran en sus respectivas partidas de nacimiento. Eso es para los forasteros. Facundo es Goropo. Y Gastón, Chinchu.

"En Salto, nosotros vivíamos en una casa a cuyo frente había un club con un gran predio en el que se instalaban todos los circos que venían al pueblo. Allí nuestro 'trabajo', cuando teníamos 7 u 8 años, era acomodar las sillas en el circo, por lo que nos daban 20 entradas que vendíamos para obtener nuestro ingreso", recordó Gastón.

"Entre los muchos artistas de los circos que iban a Salto, había una dupla cómica que era Goropito y Chinculín. Por eso, uno de los típicos parroquianos que vivía apoyado en la barra del club tomando vino, nos puso como sobrenombres Goropo y Chinchu".

"El pueblo nos conoce como Goropo y Chinchu", aseguró Facundo Manes. Y esa no fue la única "marca" que les dejó haber crecido en su amado Salto.

Recordó el valor que tenía para los adolescentes el trabajo en el tiempo libre. "El pueblo, en ese entonces, era como el patio de la casa", explicó. "Nosotros trabajamos en una imprenta -Gutenberg-...teníamos 14 o 15 años...íbamos después del colegio....También trabajamos en la cosecha...Siempre hacíamos changas sin abandonar los estudios, para tener unos magos propios y reconocer al trabajo como medio de obtención de recursos", recordó Facundo Manes.

Representamos al 99% de los argentinos: no nacimos en una élite

Gastón y Facundo resaltaron con orgullo los valores de la educación y el esfuerzo típicos de la clase media argentina. "No nacimos en una elite", señaló Fernando y explicó que tanto su padre como su madre provenían de familias humildes que pudieron formar una familia y desarrollarse gracias al sacrificio personal, como "el 99% de los argentinos". recalcó.

La educación y la nueva revolución industrial

La educación "es el principal drama de Argentina", sentenció el abogado Manes. Y señaló con dolor que el pasado glorioso del país como el foro cultural de América Latina no existe. Por eso propone trabajar en eso "porque la educación va a permitir recomponer a esa clase media que está diezmada".

Por su parte, Facundo señaló que el mundo está en una nueva revolución industrial que "no solo cambió lo que hacemos, sino que nos está cambiando a nosotros porque es la fusión de lo físico, lo biológico y lo digital". "El mundo post pandemia vendrá con una nueva revolución industrial" aseguró y explicó que mientras los países "ya están compitiendo por los sistemas educativos, científicos y tecnológicos....la Argentina se quedó atrás"

Solo el 5% de los argentinos cree en la educación es sinónimo de movilidad social

"La Argentina ya tiene problemas de educabilidad....Hay muchos que están desnutridos...desde hace años. Y la malnutrición no solo es obesidad..es déficit de vitaminas, de ácido fólico, lo que impiden o impactan en el aprendizaje", describió Facundo Manes. "La mitad de los chicos viven en la pobreza y eso impacta en la educabilidad". "Los chicos no rinden como deberían", añadió.

Además, el líder de la Fundación Ineco señaló un grave problema de contexto: "Hoy la educación no garpa", sentenció.

"En los '70, en Salto, teníamos una mentalidad de contexto basada en que si te educás, progresás....Hoy, hay estudios (de opinión pública) que señalan que solo el 5 por ciento de los argentinos piensan, lamentablemente, que la educación es sinónimo de movilidad social", explicó.

Por eso, "no solo tenemos que cambiar lo que pasa en el aula, tenemos que nutrir, estimular a los chicos, pero también tenemos que cambiar el contexto" y "hacer que la mayoría de los argentinos vuelva a creer en la educación y el sacrificio como método de ascenso social", dijo el científico que dio color a la materia gris.

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Dos hermanos unidos y complementarios

Tras terminar la escuela secundaria en Salto, los hermanos Manes se mudaron a Buenos Aires para comenzar sus carreras universitarias. Gastón, se inclinó por el Derecho. Facundo, por la Medicina. Ambos estudiaron en la Universidad de Buenos Aires.

El primer departamento que compartieron estaba en Flores (Lafuente 83 y Ramón Falcón). Después, se mudaron a Palermo. Siempre juntos. Después la formación continuó en el exterior.

"En el caso de Facundo -recordó Gastón- en varios países....en mi caso, por un tema familiar, empecé a trabajar. Me fue bastante bien...con mucho trabajo, con muchos casos...Pero nuestros padres estaban muy enfermos...Facundo estaba haciendo la residencia médica...Y cuando la termina se va a seguir sus estudios en el exterior...Y como éramos dos hijos, uno tenía que quedarse...Yo tenía la idea de irme al exterior a hacer un posgrado, pero tuve que postergarlo hasta años después porque mi padre estuvo internado por largos períodos debido a una enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)".

"Eso que dice Gastón es cierto -explicó Facundo- y refleja una cualidad de él que encuentro en muy pocas personas...que piensa en los demás antes que en él". "Gran parte de lo que soy, es por él", reconoció el hermano mayor.

Gracias al apoyo de su hermano, Facundo Manes se fue a Boston y a Iowa (Estados Unidos) durante dos años y medio y después a Inglaterra, donde se quedó otros dos años.

Después de la muerte del padre, en 1998, Gastón pudo cumplir con su sueño de perfeccionarse en Inglaterra, tras lo cual, además de ejercer la profesión, fue docente de Derecho Internacional Público.

Ineco, un proyecto que unió aún más a los Manes

En 2005, Facundo y Gastón crean la Fundación Ineco, cuya misión fundamental es difundir y promover la investigación en neurociencia. A lo largo de los últimos 15 años, esa institución fue ganando conocimiento y prestigio nacional e internacional por sus importantes trabajos.

Allí, el hermano científico se unió al hermano emprendedor, y generaron un proyecto propio y exitoso, que los unió aún más. Al poco tiempo de crear Ineco, la Fundación Favaloro -que recuerda al super héroe del doctor Pedro Manes-, convocó a Facundo Manes.

Los sobrinos de René Favaloro destacaron el trabajo de los hermanos en Ineco, y de Facundo como médico de Fleni especializado en tecnología cognitiva. Y le contaron que el sueño del gran cardiocirujano era hacer "cerebros, neurociencia". Y ello le permitió a Facundo trabajar en la fundación del ídolo de su padre y de ellos mismos, en el Departamento de Neurociencia.

Ahora, Gastón busca servir a la gente a través de la política

Desde de su adolescencia, Gastón tuvo inquietudes políticas. A los 13 años, su ídolo era Raúl Alfonsín. Y hoy, a los 50, se sumó a una lista de dirigentes partidarios para disputar la conducción de la Unión Cívica Radical (UCR), en las elecciones del domingo 21 de marzo.

A Facundo Manes vienen tratando de seducirlo para ocupar cargos políticos desde hace años y de diversas agrupaciones políticas. Pero prefiere seguir trabajando en la ciencia.

Una vez más los hermanos son "complementarios" -como los definió Doña Dora, la mamá de los Manes- y Goropo (Facundo) respalda a Chinchu (Gastón) como hace unos 25 años, cuando el hermano menor se quedó en la Argentina para cuidar a sus padres para que el mayor pudiera perfeccionarse en Estados Unidos e Inglaterra.

Para eso son hermanos. Los Manes de Salto.

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