Símbolo de la llegada de la revolución industrial al país, este coloso de acero de 53 metros de altura ubicado en La Boca es el único de América y uno de los ocho que quedan en el mundo. Fue inaugurado en 1914 y estuvo a punto de ser desguazado en los años noventa. Hace un año volvió a funcionar uniendo ambas orillas del Riachuelo.
Ubicado entre ambas márgenes del Riachuelo, donde prosperaron las fábricas y los depósitos que permitían trasladar los productos argentinos a todo el mundo, una barquilla se encarga de transportar gente desde el continente a la isla Maciel.
Desde 1960 que estaba parado, sin embargo, retomó su actividad diaria en octubre de 2019, año en que se puso en marcha una campaña que pretende que la UNESCO lo declare "Patrimonio de la Humanidad".
"No Llame": la telefonía móvil, al tope de las sanciones por incumplimiento
Mendoza: un hombre alcoholizado saltó desde 115 metros
Además de esto, la empresa tomó nuevos rumbos y llegó, ni más ni menos, que a ser parte de la Asociación Mundial de Transbordadores que reúne a los ocho puentes de este tipo que aún sobreviven en el mundo.
“La idea es tener personería jurídica para realizar una presentación conjunta. Ya trabajamos en eso con España. Alemania y Francia y el Reino Unido que todavía no integra la entidad pero está interesado en el tema”, explica al respecto Gabriel Lorenzo, secretario ejecutivo de la Fundación por La Boca.
En esta misma línea, Lorenzo comenta que aquellos países donde están esos puentes deben ponerse de acuerdo para ver quién encabezará la presentación y adelantó que corren con la ventaja de que el puente localizado en Vizcaya, España, ya fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, por lo que solo debería pedir que esa calificación se extienda a los demás que siguen en pie: el de Rochefort (Francia), los de Osten y Rendsburg (Alemania) y los de Newport, Warrington y Middlesbrough (Reino Unido).