Comerciantes del barrio San Alberto de Isidro Casanova expresaron su preocupación por la disminución del patrullaje en su arteria troncal, la avenida Crovara, situación que se registra desde hace más de 2 meses.
Quienes tienen sus locales en una de las zonas del distrito donde hay mucho movimiento de compradores, esperan que este fin de semana repunten las ventas, y siguen sin olvidar lo ocurrido en 2001, cuando fueron saqueados 220 locales, desde supermercados y carnicerías hasta una mueblería y una bulonera.
En diálogo con POPULAR, uno de los comerciantes, Pascual Ferrili, sostuvo que "teniendo en cuenta lo ocurrido hace casi 20 años, a la avenida Crovara no la pueden dejar desprotegida".
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"Tenemos diálogo -detalló- con el comisario de la zona, pero sabemos que no cuenta con medios, y si envía personal, no va a estar muchos días, porque tiene otros puntos en su jurisdicción que también lo requieren, es el problema de la frazada corta. Además hay varios patrulleros que no funcionan, están dañados".
A continuación Ferrili lamentó que "ya no esté el denominado grupo de saturación, un grupo de 4, 5 efectivos de los que pertencían a la Policía Local, que recorría a pie Crovara todo el tiempo, realizaba controles, pedía documentos, realizando un trabajo preventivo realmente muy bueno. La presencia policial actuaba como disuasivo para que se cometieran delitos como robos o arrebatos".
Agregó que "hace 2, 3 meses, lo retiraron. Hicimos el reclamo, volvieron, pero apenas unos pocos días, para ya no regresar", puntualizó. Y apuntó sobre la situación actual: "En este momento de transición, no sabemos con quién hablar, a quién plantearle que el centro comercial del barrio San Alberto necesita más patrullaje en este momento del año, donde hay más movimiento, y donde se corre el riesgo de que haya arrebatos u otros hechos".
Sobre el nivel de actividad comercial, Ferrili señaló que "está tranquilo, pero esperamos que repunte en estos días. El fin de semana vamos a trabajar el sábado y también el domingo, la mayoría de los locales abrirán de 10 a 13".
Y apuntó que las ventas de fin de año "son muy importantes para todos, ya que después, en enero y febrero hay un parate, baja mucho todo".
Para estas fiestas, el clima social aparece tranquilo, y ni siquiera hay rumores -como ocurrió otros años- sobre ataques o reclamos de entrega de mercaderías, pero los comerciantes de San Alberto no pueden olvidar lo ocurrido en 2001. "Destruyeron el esfuerzo de toda una vida de muchos comerciantes, que no pudieron reponerse. Y la ayuda prometida nunca llegó", apuntó Pascual Ferrili.
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