La Fundación Sí nació hace unos años con el objetivo de mejorar la situación de quienes viven en la calle. Dos voluntarias de la entidad, Rosario y Fabiana, cuentan su experiencia como coordinadoras de distintas tareas solidarias

Desde mayo de 2012, y por iniciativa de un joven abogado, Manuel Lozano, que sintió la necesidad de hacer algo por chicos y grandes que están en situación de calle y de exclusión, la Fundación Sí comenzó a funcionar con el objetivo de promover la inclusión social de los sectores más vulnerables de Argentina.

Ante la iniciativa, de a poco se fueron sumando voluntarios con el propósito de aportar un granito de arena, a través de un abordaje integral que incluye la asistencia, la contención, la capacitación y la educación. Dentro de la fundación se fueron generando durante estos años muchas iniciativas, como el Programa de Inclusión Social y Contención para Niños y Adolescentes, a fin de generar un espacio de contención en los centros, y donde los chicos y jóvenes puedan expresarse y encuentren su lugar de pertenencia.

El Programa se desarrolla en 41 comedores comunitarios, hogares y centros de día de más de 10 provincias, y es llevado adelante por los voluntarios de Fundación SI, entre quienes también participan talleristas, profesores de teatro, dibujo y expresiones artísticas, profesores de deportes, médicos y nutricionistas.

La Fundación Sí, una asociación sin fines de lucro, que subsiste por el aporte de voluntarios y algunas donaciones de particulares y empresas, sin aportes estatales de ningún tipo, comenzó a funcionar en mayo de 2012, y su impulsor fue Manuel Lozano, un abogado nacido en Chascomús y recibido en la Universidad Católica de Salta.

Entre los cientos de voluntarios que hoy aportan su tiempo, sus ganas y sus inquietudes para colaborar en esta red solidaria contra la exclusión, se encuentran Rosario Elizalde y Fabiana Mónaco, que desde hace cuatro años realizan distintas tareas, desde las recorridas nocturnas por barrios hasta la ayuda en la sede en la recolección de ropa, alimentos, juguetes o elementos de salud, y el asesoramiento telefónico a quienes quieren sumarse o ir a colaborar.

Rosario comenta que “yo trabajo a veces desde mi casa, y vengo una o dos veces por semana a esta sede. Antes tuve negocios de venta de ropa, pero por temas personales lo cerré. Me gusta hacer este voluntariado” y dice que “vengo los martes como “guardiana”, como nos denominamos, por día hay cuatro personas en distintos turnos”, aunque aclara que “hay actividad de lunes a sábado, yo me encargo de diferentes tareas y este espacio es en cierto modo mi segundo hogar”.

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Por su parte, Fabiana comenta que “vivo lejos, en Francisco Alvarez, antes trabajé en distintas tareas administrativas, e investigación clínica, pero además me gusta mucho el arte y la fotografía, y ahora que tengo menos actividad le puedo dedicar más tiempo a esta tarea solidaria”, y cuenta que “hace cuatro años que estoy, hago guardia los martes y los lunes atiendo consultas telefónicas, aparte de otras tareas de coordinación”.

Rosario dice que “la primera actividad fueron las recorridas nocturnas, para acompañar y asistir a gente en la calle, y luego se sumaron otras tareas”, y detalla que “tenemos dividida la actividad en 27 zonas, y en grupos de tres personas abarcamos la mayor cantidad de barrios posible”.

Actualmente hay 2.500 voluntarios en la entidad, incluyendo a muchos profesionales, y las voluntarias detallan que quienes quieran pueden hacer una donación mensual o por única vez, y toda la información que necesiten para acercarse la pueden obtener en el sitio www.fundacionsi.org.ar, o acercarse de lunes a sábado de 10 a 19 a la sede de Carranza 1920, en el barrio de Palermo.

Una verdadera fiesta para Navidad y el Año Nuevo

Cuando se acercan las fiestas, la actividad en la Fundación Sí es muy especial, ya que desde quince días antes se trabaja en la preparación de juguetes, algunos donados y otros fabricados por los voluntarios, en una casa de la calle Giribone al 900. Rosario y Fabiana explican que “el 24 y el 31 se hace en la calle una recorrida más masiva, y se arma una verdadera fiesta, se preparan empanadas los días previos, y las distribuimos en la recorrida, así como budines y pan dulces”.

“La idea- remarca Fabiana- es compartir con ellos la celebración, y a veces se juntan hasta 300 personas, van familias enteras que deciden pasar una Navidad diferente”. Y sobre la fábrica de juguetes, Rosario señala que “a quienes se acercan se les da material, desde madera y telas hasta pinturas, se arman los juguetes, se ubican en cajas y se van repartiendo a los centros comunitarios”.

En los días previos a las fiestas, desde el 22 y hasta el 31, en la sede de Giribone se arma una cocina comunitaria, allí se preparan empanadas, gracias a que muchos llevan la materia prima, desde las tapas hasta el relleno, y muchas familias en los días clave hacen la recorrida para compartir la celebración. Tanto Rosario como Fabiana destacan que “mucha gente que estuvo en situación de calle vino a participar de charlas y de búsqueda de trabajo, y se integraron luego a las recorridas, y lo mismo ocurre con los chicos que estuvieron en las residencias universitarias, y se unen para colaborar”.

Residencias universitarias

Actualmente la Fundación Sí cuenta con unos 250 centros comunitarios, en Capital y Gran Buenos Aires, y con sedes en todo el país, además de la importante iniciativa generada de instalar residencias universitarias en ocho provincias. Sobre este tema, Fabiana explica que “todos los años se abre una nueva residencia universitaria, se recorren provincias, se visitan escuelas rurales y se invita a chicos sin recursos para que puedan seguir estudiando lo que deseen. Ellos envían una ficha, se los entrevista y si hay cupos, ingresan a la residencia, que siempre está cerca de alguna facultad, en ciudades del interior, y la Fundación se encarga de la comida, los viáticos y el apoyo escolar”.

Aclara que “a veces el joven ya tiene una elección hecha, y si no se lo orienta para que defina su camino” y remarca que “en general se les asigna un tutor, para que lo guíe en su carrera” y detalla que “hoy hay más de 300 chicos en nueve provincias”. Otro de los proyectos que surgieron en la entidad es el Sí Pueden, que se relaciona con la contención de los más chicos, a través de actividades recreativas, asistencia médica y alimentación en comedores, que se realizan cada sábado en distintas zonas.

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