El 90% de los padres porteños admite que en su casa no hay reglas para el uso de Internet y que no controlan con quiénes se contactan sus hijos. Esto es aprovechado por quienes captan a menores para abusar de ellos.

La pedofilia es un delito que no se detiene y gracias al uso que hacen los chicos de las redes sociales los "depredadores sexuales de la red" captan menores para concretar sus oscuras intenciones. Sólo en Capital Federal el 90% de los padres admite que en su casa no hay reglas de uso de internet, por lo que no controlan con quienes se comunican sus hijos.

Los pedófilos utilizan redes sociales, como Facebook o ASK, para abordar a las potenciales víctimas sexuales ya que por las características de la plataforma virtual en la que interactúan -anonimato, fácil implementación de perfiles o identidades falsas- pueden mantenerse impunes.

Rodrigo Bonini, jefe de Gabinete de la Agencia gubernamental de control (AGC), señala que en la Ciudad de Buenos Aires las últimas estadísticas exhiben el nivel de vulnerabilidad de los chicos asociado a la evidente pasividad, falta de diálogo e ignorancia de los padres: el 90% manifiesta que en su casa no hay reglas de uso de internet; un 56% acepta conectarse con gente que no conoce personalmente; mientras que el 50% de los padres no conoce el "nick" (apodo) de los contactos de su hijo, y 2 de cada 3 padres desconoce a que red social está suscripto su hijo.

Según especialistas en seguridad informática, actualmente en nuestro país resulta más complejo investigar una red de distribución de imágenes de pornografía infantil que una red de narcotráfico.

Es por este medio que el pedófilo o depredador sexual busca generar el primer contacto con los niños: indaga sobre preferencias y actividades de los chicos, deporte, música, la institución educativa a la que pertenecen y hasta su situación sentimental con el único fin de obtener información que les permita agrupar a sus futuras víctimas por edad, gustos o aptitudes para luego producir el ataque sexual o la captación del joven con fines de explotación sexual.

Nuevas tendencias

En este contexto, Bonini agrega que "el robo de identidad en la red, la distribución de pornografía infantil, la extorsión, el acoso y el hostigamiento virtual, son las nuevas tendencias del cibercrimen, y se expanden en las redes sociales a pasos agigantados".

"Los ataques digitales evolucionan año tras año -añadió- fortaleciéndose conforme a las mejoras de las aplicaciones tecnológicas para luego atacar el eslabón más débil: los jóvenes".

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