Una tarde negra y un amanecer cargado de frustración fue el que vivieron los vecinos y comerciantes de las zonas aledañas al Congreso de la Nación, donde en el marco de la sesión en la que iba a votarse la reforma previsional se produjeron incidentes que lois afectaron directamente, con destrozos de locales y vehículos.
Según la estimación oficial, fueron 15 los vehículos atacados, además de vidrieras y contenedores que ardieron en la escandalosa jornada del jueves. Como consecuencia de estos hechos, la Policía detuvo a 41 perdonas.
Las imágenes en la mañana del viernes eran elocuentes. El auto totalmente quemado de Alejandra, una mujer discapacitada; una casa de ortopedia con la vidriera destruida, más vehículos incendiados y destrozados.
Leonardo, el comerciante del local mencionado, contó: “Venían con fierros, gomeras… no había límites para ninguna de estas personas. Por suerte no salió nadie lastimado. Pero te hacen perder un día de trabajo y te destrozan todo”. Si bien no le robaron nada, lamentó “la maldad” de los agresores, que metieron un palo entre las rejas para romper un vidrio.
Ricardo bajó las persianas de su local tan rápido como pudo e intentó salvar su auto saliendo a contramano porque la mayoría de las calles estaban “tomadas” por los manifestantes. No lo logró: fueron agredidos y atacados con palos. “Yo no soy senador, nada, no tengo nada que ver”, les explicaba el comerciante. Su vehículo quedó varado y fue prendido fuego.
Más imágenes del día después: