El Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) incautó entre el año pasado y lo que va del presente 31.970 teléfonos celulares en requisas sorpresivas y habituales efectuadas a los presos de distintos penales de la Provincia.
En ese sentido, voceros del SPB revelaron que en 2017 se incautaron 25.649 aparatos telefónicos, que mayormente los reclusos ingresan en forma ilegal a los pabellones y con ellos se filman y suben los videos a las redes sociales, los cuales muchas veces se viralizan.
En tanto, durante este 2018, se secuestraron hasta el momento 6.321 teléfonos celulares, pero también pudieron neutralizar el ingreso de 735 chips, 321 cargadores y 521 baterías.
Esta información se dio a conocer luego de que se viralizara un video en el que los presos de una comisaría de Ramos Mejía grabaran a uno de los detenidos por el crimen del colectivero Leandro Alcaraz en La Matanza.
Las requisas en los penales son llevadas a cabo por el personal de cada Unidad en forma periódica, pero también las realizan los efectivos de la Dirección General de Seguridad (DGS) del Servicio Penitenciario Bonaerense.
Muchas veces los presos logran ingresar teléfonos celulares por medio de los familiares, quienes generalmente hacen un trabajo “hormiga”, ya que un día llevan el chip, otro día el aparato, luego la batería y después el cargador.
También puede haber algún penitenciario que pueda facilitar el uso de un teléfono de esas características, aunque ese efectivo si es descubierto es exonerado y se le abre un proceso penal. Posteriormente, los presos, ante la requisa diaria, logran a veces burlar los controles, colocando el celular dentro de un paquete lleno de yerba, por ejemplo.
Las requisas generalizadas efectuadas por personal de la Dirección General de Seguridad se impulsan desde el Ministerio de Justicia de la provincia de Buenos Aires. Se busca todo tipo de elementos prohibidos: teléfonos celulares, facas o elementos contundentes, drogas, según informaron.
Por otro lado, hubo un marcado descenso de los casos de violencia dentro de los penales bonaerenses.
En ese aspecto, a partir de un informe de la Unidad de Gestión y Coordinación Estadística del SPB, se determinó que en 2012 la población carcelaria era de 28.762 personas y que durante ese año ocurrieron 5.235 peleas y agresiones entre internos, además de casos de autoagresión.
En tanto, el informe indica que si bien en 2017 la cantidad de reclusos fue mayor, ya que aumentó a 37.817, se verificó una disminución del 30 por ciento de casos de violencia, que fueron 4.059 en total.