Siete bebés fallecidos y más de cinco mil casos sospechosos reavivan la atención sobre esta enfermedad respiratoria. Qué es, cómo se transmite y por qué la vacunación es clave.
La coqueluche, conocida popularmente como tos convulsa, volvió a ser noticia luego de que el Ministerio de Salud informara en su Boletín Epidemiológico que en el año se registraron 7 fallecimientos en menores de dos años y 5.110 casos sospechosos, con 688 confirmados. La mayor parte de los contagios aparece en la región Centro, sobre todo en Provincia de Buenos Aires, y en la región Sur, vinculada al brote de Tierra del Fuego.
Se trata de una infección causada por la bacteria Bordetella pertussis, que provoca una tos intensa y persistente. Afecta a todas las edades, pero es especialmente riesgosa para bebés que todavía no tienen el esquema de vacunación completo. La transmisión es por vía aérea, a través de gotas al toser o estornudar, por lo que la cercanía en hogares y guarderías facilita la circulación.
La coqueluche suele pasar inadvertida porque su denominación técnica no es tan difundida. En sus primeras etapas puede confundirse con un resfrío, aunque luego aparecen accesos de tos que dificultan la respiración. En bebés pequeños estos episodios pueden ser peligrosos, por eso la prevención depende del entorno familiar y de la vacunación en embarazadas.
Según el informe oficial, la tasa de letalidad del año alcanza el 1,2%. Los fallecimientos incluyen cuatro bebés menores de seis meses, uno entre seis y once meses y dos entre doce y 23 meses. En los cuatro niños que ya tenían edad para comenzar el calendario no se registran dosis cargadas en NOMIVAC, mientras que los otros tres eran menores de dos meses y sin registro de vacunación materna.
La cartera sanitaria remarcó que la vacuna es la principal herramienta para cortar la transmisión y proteger a los grupos más vulnerables. Las coberturas muestran diferencias notorias. Provincias como La Pampa, Jujuy, Neuquén, Mendoza, San Juan y Tierra del Fuego mantienen valores altos, con esquemas iniciados a tiempo y refuerzos sostenidos.
En contraste, Buenos Aires, CABA, Santa Fe, Formosa, Misiones y Corrientes presentan niveles intermedios a bajos, sobre todo en los refuerzos de 5 y 11 años. En personas gestantes también se observan disparidades, lo que impacta directamente en la protección de los recién nacidos.
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