Entre los patriotas que lucharon por la liberación de la corona española hubo muchos destacados miembros de la Masonería, explica Antonio Las Heras.

Los hombres que formaron parte de los acontecimientos de Mayo de 1810 así como aquellos que tuvieron activa participación en las guerras para liberarnos de la Corona Española, participaron en la Logia Lautaro de Buenos Aires o bien fueron iniciados en ella. Eran: Juan José Castelli, Juan José Paso, Manuel Belgrano, Mariano Moreno, Domingo Matheu, Juan Larrea, Manuel Alberti, Hipólito Vieytes, Manuel Borrego, Antonio Luis Berutti, Nicolás Rodríguez Peña y Mariano Cosme Argerich.

El lector atento advertirá enseguida que –a juzgar por los hechos acontecidos en años posteriores– estas personalidades, así como otros masones que participaron en la Emancipación, no fueron siempre coincidentes en pensamientos y formas de actuar. ¿Cómo es posible explicar esto, entonces?

Hay respuestas lógicas. Ante todo, el hecho que la Masonería entre sus exigencias para atravesar el Ritual de Iniciación, tras el cual se queda incorporado a la Orden, exige que se trate de “un hombre libre”; esto es, que tenga sus propios criterios de realidad, que sus juicios estén sometidos sólo a su deducción racional y lógica.

Con ello es entendible que haya masones de todo el espectro de ideas. Pero hay más. Ante todo, debemos señalar que es absolutamente falsa la creencia de que cada Logia o Gran Logia debe sumisión y acatamiento a alguna logia mundial o cosa que se le parezca.

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Lo cierto es que desde siempre el máximo acatamiento que tiene un taller es, en todo caso, a algunas disposiciones de su Gran Maestre; tampoco todas, puesto que la mayoría de las decisiones se toman en reunión de quienes tienen el grado de Maestro en cada taller.

Esto lo explicó muy bien hace décadas el historiador Enrique de Gandía cuando escribe: “Estas logias, repetimos para quienes buscan conexiones innecesarias, lo mismo podían depender de una logia mayor en el país o en el extranjero, que ser independientes. Estas últimas actuaban por su cuenta, tenían sus propósitos y los llevaban a cabo sin permiso ni autorización de otras logias. A veces estaban de acuerdo entre sí y otras veces eran enemigas y se combatían. Los autores que imaginan que todas las logias debían recibir órdenes de Inglaterra o responder a una sola idea no saben lo que piensan ni lo que dicen.” (1)

Y la historiadora argentina contemporánea Patricia Pasquali, indica: “La Logia de Buenos Aires se manejaba con total autonomía, tanto por su origen constitutivo como por su carácter de sociedad política: no hay constancia más elocuente de ello que su fluctuante trayectoria y sus divisiones internas.” (2)

Sostiene el historiador Enrique de Gandía que para 1810, la Masonería era importante en Buenos Aires y cita al Gral. Enrique Martínez quien, en carta a Andrés Lamas, declara que “desde época remota existía la sociedad masónica y Peña y Vieytes pertenecían a ella”. Se refiere a tiempos del Virrey Sobremonte, cuando por un accidente fue descubierta la existencia de un taller.

Señala Martínez que la Jabonería de Vieytes era sitio de reunión de la logia “Amigos de la Libertad”. Para más datos, de Gandía cita a Ignacio Núñez que, en sus recuerdos, afirma que las Invasiones Inglesas contribuyeron grandemente al fortalecimiento de la labor masónica. Por su parte, Francisco Grilló, en sus “Episodios Patrios”, revela una comunicación de la Gran Logia de Versalles de 1795, dirigida a la Logia Independencia de Buenos Aires. Sobre esta misma logia, el coronel inglés Santiago Burke, narra que cuando partía de a ciudad en 1809 fueron a despedirlo “un número de las principales personas del lugar, mis viejos amigos de Independencia”.

Además: Juan Gregorio de Las Heras: su vida pública y masónica/ Por Antonio Las Heras

El Gral. Miller, quien no fuera precisamente afecto a la Masonería escribe: “un club, llamado la logia, se ha introducido con el objeto ostensible de promover la emancipación de la América Española … ”(3).

Veamos ahora de qué manera intervinieron los miembros de la Masonería en los acontecimientos de Mayo y cómo se gestaron éstos últimos mediante la activa participación de estos hombres, hechos que culminaron, años más tarde, en la Emancipación Americana.

Muchos fueron los iniciados en la Masonería que cumplieron papeles fundamentales en los hechos que precedieron a la Revolución de Mayo, así como también en la creación de la Primera Junta de Gobierno.

Ya en el año 1793 se había celebrado un pacto en Londres entre Francisco de Miranda, fundador de la “Gran Reunión Americana”, también llamada “Logia de los Caballeros Racionales”, y los masones americanos (entre los que se encontraba Saturnino Rodríguez Peña), por el cual se estableció que los ingleses apoyarían con sus tropas la emancipación de América, desistiendo de cualquier intento de dominio por parte de la corona británica.

Es por ello que al producirse las invasiones inglesas, los masones de Buenos Aires, por intermedio de Juan José Castelli, exigieron al entonces gobernador Beresford, el cumplimiento del acuerdo proclamado años antes.

La negativa a aceptar las condiciones pactadas ocasionó el levantamiento en armas de los patriotas, masones en su mayoría, que culminó con la derrota de los invasores.

A partir de ese momento se creó el Partido de los Patriotas, cuyos líderes eran miembros de la Masonería, contando con el apoyo del regimiento de Patricios, comandado por el masón Cornelio Saavedra.

Cuando en 1809 Sevilla cayó en manos de Napoleón quedando acéfalo el gobierno en España, en Buenos Aires se convocó a un Cabildo Abierto para decidir qué curso se le daría a los acontecimientos. El Partido Patriota sostenía la teoría de la soberanía popular por la cual se consideraba que el poder soberano provenía de Dios y residía en el pueblo que lo delegaba en el rey; por lo tanto, al no haber un monarca, ese poder volvía al pueblo que debía designar a las nuevas autoridades. Esta postura tuvo su oposición en la figura del Virrey y del Partido Español, que rechazaron esa teoría e intentaron mantener su dominio evitando cualquier intento de ser despojados de su poder.

Primera Junta de Gobierno

Es así como, luego de reunirse en la casa de Rodríguez Peña para debatir y ponerse de acuerdo en cuáles serían los pasos a seguir, los patriotas se rebelaron contra los españoles y, apoyados por el regimiento de Patricios, se convocó al Cabildo Abierto del 25 de Mayo de 1810, logrando imponer su posición a través de la creación de la Primera Junta de Gobierno.

Ésta quedó integrada casi absolutamente por masones: Presidente: Cornelio de Saavedra (Masón, de acuerdo a datos ofrecidos por el Gral. Enrique Martínez y su nieto el Dr. Carlos Saavedra Zavaleta); Secretarios: Mariano Moreno (miembro de la Logia Independencia) y Juan José Paso (miembro de la Logia Independencia y de la Sociedad de los Siete); Vocales: Manuel Belgrano (tuvo una prolongada actividad masónica; iniciado en la Logia Independencia a fines del Siglo XVIII, participó de la Sociedad de los Siete, Zapiola afirma que fue integrante de la Logia Lautaro de Buenos Aires y Venerable Maestro de la Logia Argentina, más tarde llamada Logia Unidad Argentina de San Miguel de Tucumán), Miguel de Azcuénaga (el único no Iniciado), Juan José Castelli (miembro de la Logia Independencia de la que llegó a ser Venerable Maestro), Domingo Bartolomé Francisco Matheu (miembro de la Logia Independencia), Juan Larrea (iniciado en la Logia Independencia; hay una carta de Francisco de Miranda dirigida al hermano Saturnino Rodríguez Peña donde destaca la calidad de Masón de Larrea) y Manuel Alberti (miembro de la Logia Independencia y Sociedad de los Siete.)

Presencias que demuestran la activa participación de los masones en la promoción de los acontecimientos históricos que abrieron las puertas hacia la emancipación tanto de esta parte del continente como de America toda.

Referencias:

(1.-) de Gandía, Enrique. La independencia de América y las sociedades secretas. Ed. Sudamérica, Santa Fe, 1994

(2.-) Pasquali, Patricia. San Martín. La fuerza de la misión y la soledad de la gloria. Ed. Planeta, Buenos Aires, 2000

(3.-) Miller, John, Memorias del General Miller, Ed. Emecé, Buenos Aires, 1997

Bibliografía complementaria:

Breglia, Nicolás Orlando. Revolución de Mayo y Masonería. En “Por la República” órgano de difusión de la Respetable Logia Republicana, julio de 2007 Corbiere, Emilio J.

La Masonería. Política y Sociedades Secretas. Ed. Sudamericana, Buenos Aires, 1999 Corbiere, Emilio J.

La Masonería II. Tradición y Revolución. Ed. Sudamericana, Buenos Aires, 2001 Lapas, Alcibíades.

La Masonería Argentina a través de sus hombres. Edición de la respetable Logia Panamérica. Buenos Aires, 2000 Ventura Nuñez, Enrique Oscar. Augusta y Respetable Logia Consuelo del Infortunio N* 3. Ed. Dunken, Buenos Aires, 2007

Antonio Las Heras es doctor en Psicología Social, filósofo e historiador. Autor del libro “Belgrano y la Masonería.” www.antoniolasheras.com

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