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Un mes después de la explosión en la zona portuaria de Beirut, un grupo de rescatistas chilenos asegura haber detectado el latido de un corazón bajo los escombros en el barrio Gemmayzeh, una de las zonas más afectadas de la capital de Líbano.
El equipo de rescate, conocido como Los Topos, dio la voz de alerta y comenzó el rastreo a mano para comprobar si en efecto alguien puede haber sobrevivido en esas condiciones desde el 4 de agosto, cuando la detonación de toneladas de nitrato de amonio almacenadas de forma irregular causó casi doscientos muertos y seis mil heridos.
Aún quedan siete personas desaparecidas, cuyos restos no han podido encontrarse.