En su mensaje semanal, a través de las redes sociales, el jefe de Estado recordó que la magistrada del Supremo Tribunal Federal (STF), Carmen Lucía Antunes, dio un plazo de cinco días para que el presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, explicase la razón por la que no analizó las cerca de 100 peticiones de destitución contra Bolsonaro. Según lo establecido, corresponde a Lira autorizar o no el proceso de destitución del presidente.
"Realmente creo que algo muy errado viene ocurriendo desde hace mucho tiempo en Brasil", afirmó el mandatario, quien agregó que procesará la información y que esperará el pronunciamiento de Lira, uno de sus aliados en el Parlamento, para saber si "van a abrir el proceso o no".
"Solo Dios me sacará de la silla presidencial"
"No quiero anticiparme, ni hablar sobre lo que pienso, solo digo una cosa: solo Dios me saca de la silla presidencial", expresó. "Él me sacará, obviamente, quitándome la vida. Fuera de eso, lo que estamos viendo en Brasil no se concretará", agregó.
La decisión de la magistrada del Corte Suprema ocurre luego de que un abogado interpusiera una demanda para exigir que el presidente de la Cámara analice las solicitudes de juicio político contra Bolsonaro. La determinación de Antunes es meramente formal, sin que haya hecho alguna valoración sobre el tema.
"Barril del pólvora"
En esta misma línea, el pasado miércoles, el plenario del máximo tribunal brasileño confirmó la instalación de una Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) sobre las acciones y posibles omisiones del Gobierno en la gestión de la pandemia, a pesar de la oposición previa del mandatario.
Ese mismo día, Bolsonaro afirmó que su país era un "barril de pólvora", al mostrar nuevamente su desacuerdo con las medidas de contención del coronavirus adelantadas por los gobiernos regionales y locales.
El manejo gubernamental de la crisis del covid-19 fue rechazado por las autoridades locales, los miembros de la comunidad científica y los gobiernos de los países vecinos, que tuvieron que reforzar sus protocolos de bioseguridad y sus restricciones ante la llegada de la variante brasileña, que causó el incremento de los casos y muertes en la región.
Esta semana, un estudio de la revista científica Science responsabilizó al Gobierno de Brasil por el avance de la pandemia de covid-19, que ya ha causado 365.000 muertos y 13,7 millones de casos.