Investigadores ingleses e israelíes reconstruyeron, mediante técnicas de proyección 3D y antropología forense, el que habría sido el verdadero rostro de Jesús.
El mismo, bastante distinto a las representaciones habituales, fue determinado utilizando varias fuentes, entre ellas restos óseos de la época y el lugar donde Cristo vivió y diversos testimonios biblícos.
A continuación, la probable cara (según estos científicos) que habría portado Jesucristo.
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