El GPS lo llevó directo a la muerte y el municipio debe pagar

Transcurría la noche del 2 de octubre de 2010. El senegalés Moahamadou Dassi Gueye conducía su Peugeot 306 acompañado de su amigo y compatriota David Diatta por una ruta en dirección hacia el pueblo de Capilla, en Badajoz, España. Algo perdidos y desorientados, los extranjeros, confiados, se guiaron por su GPS que les indicaba que continuaran por su camino por el tramo de la EX-323, sin ver, por la oscuridad, el único cartel que indicaba prohibido el paso. 20 metros más adelante cayeron al embalse de La Serena. Diatta logró salir nadando. Pero Dassi, murió ahogado.

A casi cinco años del accidente, el dictamen escritura que "la calzada por la que circulaba el vehículo estaba sin señalizar y eso fue la causa del accidente, ya que conducía directamente hacia el embalse". El día del siniestro, el sobreviviente llegó a acercarse al pueblo, a unos dos kilómetros del siniestro, en busca de ayuda de vecinos. Al acercarse, según los relatos, aún podía verse la parte trasera del auto. Pero Dassi fue encontrado muerto al día siguiente por "un equipo de buceo de la Cruz Roja junto al lateral derecho del turismo (...) hundido en el agua a unos tres metros de profundidad, a ocho o diez metros de la orilla, en posición fetal", según relata la sentencia.

Además, el pasado marzo, el Tribunal condenó a Extremadura a indemnizar con 2.000 euros (2230 dólares) a David Diatta, el sobreviviente. En ese entonces, la Junta regional había pedido que se desestimara la solicitud de la familia de la víctima fatal fundamentando que la administración de esa carretera no era de su propiedad y que el Ejecutivo autonómico dudó que la muerte de Dassi haya sido producto de la caída al pantano. Sin embargo, la petición fue rechazada por los jueces.

Por otro lado, la sentencia aclara que "no existe ningún elemento probatorio que permita, si quiera de forma indiciaria, considerar que (Mohamadou Dassi) conducía a una velocidad inadecuada o con una conducta que hubiera influido en el siniestro". "No cabe considerar la concurrencia de ninguna circunstancia que deba eximir o modular la responsabilidad de la Administración", insiste.

El camino que condujo a la muerte

Inaugurado por Juan Carlos I en 1990, el antiguo trazado de la ruta EX-323 –que une Peñalsordo con Chillón- finaliza bajo el embalse de La Serena, a dos kilómetros del pueblo de Capilla (Badajoz). Un cartel pegado a la mano derecha del camino y cercano a la orilla del pantano indica prohibido el paso.

Los senegaleses Moahamadou Dassi Gueye y David Diatta habían estado vendiendo bolsos y cinturones en un mercado de Cabeza del Buey, en Badajoz, e iban camino hacia Almadén (Ciudad Real), guiados por su GPS.

Al llegar a la altura de Capilla, Mohamadou se perdió en un cruce de caminos y giró a la izquierda. Pero, como no estaba seguro de haber tomado la dirección correcta, dio la vuelta. Frenó. Se guió por el GPS que en ese momento le indicó que siguiera por la carretera EX-323. Él aceleró. Y a unos metros el navegador le indicó que iba en mala dirección y que retomara. Pero Dassi no vio la indicación ni el cartel de prohibido el paso. Cuando intentó frenar, ya era tarde.

El Peugeot 306 cayó en el pantano de La Serena. Dassi y Diatta lograron quitarse el cinturón de seguridad y abrir las puertas tras caer al agua. Dassi no sabía nadar. "¡Ayudame, David! ¡Ayudame!", le gritaba a Diatta, quien intentó agarrarlo del brazo, pero no lo logró. Mohamadou se ahogó.