La violación, ocurrida en el estado de Uttar Pradesh, en el norte del país, tomó estado público esta semana después de que la víctima, perteneciente al estrato más bajo del sistema de castas hindú, lograra presentar una denuncia ante las autoridades.
De acuerdo al reporte de la Policía, la menor reveló que fue secuestrada el pasado 22 de abril por cuatro hombres que la llevaron al estado vecino de Madhya Pradesh y la agredieron sexualmente.
Luego de tres días, los agresores la dejaron en la comisaría de la localidad de Lalitpur. A pesar de que las autoridades entregaron a la nena a su tía, según la denuncia, un día después la Policía volvió a llamarla para grabar su declaración y fue en ese momento que fue abusada nuevamente, en este caso por los efectivos de la Fuerza.
Como consecuencia del aberrante episodio fueron detenidas seis personas, incluidos el uniformado acusado de participar en la violación y la tía de la víctima.
Además, se apartó de su cargo a todo el personal de la comisaría vinculado al caso "para garantizar que nadie influya en la investigación", según un alto cargo policial.
El episodio generó la inmediata reacción pública, mientras que políticos y activistas exigieron medidas urgentes para proteger a las mujeres de este tipo de ataques, que son cada vez más frecuentes.
"Si las comisarías no son seguras para las mujeres, ¿a dónde irán con sus denuncias?", se preguntó Priyanka Gandhi Vadra, miembro del partido político opositor Congreso Nacional Indio.
Previamente, la India adoptó en 2018 la pena de muerte como castigo por la violación de niñas menores de 12 años, en respuesta a la presión pública tras una serie de agresiones.