El senador colombiano, precandidato presidencial por el partido Centro Democrático, reacciona bien al tratamiento. La Fiscalía ya imputó a un segundo sospechoso por el ataque, que habría involucrado a un menor de edad como ejecutor.

A casi una semana del atentado que sacudió la escena política colombiana, el senador Miguel Uribe Turbay muestra una leve mejoría en su estado de salud, aunque su condición sigue siendo crítica. Así lo confirmó este viernes la Fundación Santa Fe de Bogotá, uno de los centros médicos más prestigiosos del país, donde permanece internado el legislador de 39 años.

“El paciente muestra una respuesta al manejo instaurado reflejado en leve disminución de su presión intracraneal, con valores de perfusión cerebral con tendencia a la estabilidad”, señala el séptimo parte médico emitido por la institución.

Uribe Turbay fue baleado el sábado pasado mientras pronunciaba un discurso ante decenas de simpatizantes en un parque del barrio Modelia, al occidente de Bogotá. Desde entonces permanece en la unidad de cuidados intensivos, con monitoreo hemodinámico y neurológico continuo, bajo atención de un equipo médico multidisciplinario.

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Aunque el parte médico se muestra cauteloso, destaca que de continuar la evolución favorable se le practicará un nuevo estudio por imágenes “para evaluar cambios, hallazgos y revaloración de las lesiones”. No obstante, el informe también enfatiza que el paciente “permanece en condición clínica crítica con pronóstico neurológico reservado”.

Uribe Turbay, miembro del partido uribista Centro Democrático y el senador más votado de esa fuerza política en las elecciones de 2022, había lanzado recientemente su precandidatura presidencial para las elecciones de 2026. El ataque generó una ola de repudio y conmoción en todo el país.

La investigación del atentado

En paralelo a la evolución médica, la investigación judicial avanza y ya tiene dos sospechosos formalmente imputados. El primer detenido fue un adolescente de 15 años, capturado poco después del ataque a unas calles del lugar del hecho. En su poder se encontró una pistola Glock, que habría sido utilizada en el atentado.

La Fiscalía le imputó al menor cargos por tentativa de homicidio y porte ilegal de armas, aunque estos no fueron aceptados por el joven en la audiencia correspondiente.

Este jueves, las autoridades anunciaron la detención de un segundo presunto implicado: Carlos Eduardo Mora González, acusado de haber participado en la organización del ataque. Según la investigación, Mora habría realizado tareas de inteligencia en el lugar del acto político dos días antes del atentado.

La Fiscalía indicó que Mora González estuvo “involucrado en la organización de la logística final” del ataque, y que el día del atentado acompañó al menor en un vehículo, donde se le entregó el arma y se le proveyó de ropa para cambiarse tras ejecutar el disparo.

Por estos hechos, Mora fue imputado como coautor de los delitos de tentativa de homicidio agravado, porte ilegal de armas de fuego y uso de menores de edad en la comisión de delitos. En la audiencia, la fiscalía presentó material probatorio que incluye testimonios, imágenes de cámaras de seguridad y elementos incautados durante los allanamientos.

Repercusiones políticas

El atentado contra Uribe Turbay desató una ola de solidaridad entre dirigentes de distintos partidos, que repudiaron la violencia y exigieron garantías para el ejercicio democrático en el país. El expresidente Álvaro Uribe Vélez, fundador del Centro Democrático, pidió que se esclarezca el hecho con celeridad y condenó el uso de menores en acciones criminales.

Desde el gobierno colombiano, el presidente Gustavo Petro expresó su rechazo al atentado y pidió investigar si detrás del ataque hay estructuras criminales organizadas. También hizo un llamado a “preservar la vida como valor supremo en la política colombiana”.

El atentado trajo a la memoria otros hechos de violencia política que han marcado la historia reciente de Colombia, y reabrió el debate sobre el uso de menores en estructuras delictivas, fenómeno que preocupa a las autoridades por su creciente presencia en redes del narcotráfico y bandas armadas urbanas.

Una figura en ascenso

Miguel Uribe Turbay, abogado y politólogo, es nieto del expresidente Julio César Turbay y exsecretario de Gobierno de Bogotá durante la administración de Enrique Peñalosa. En las elecciones legislativas de 2022, fue electo como senador con una altísima votación, lo que lo posicionó como una figura clave del Centro Democrático y uno de los principales referentes de la derecha en Colombia.

Con un discurso enfocado en la seguridad, el orden y la economía de mercado, Uribe Turbay había iniciado su carrera presidencial con un tono confrontativo hacia el actual gobierno de Petro, al que acusa de conducir al país a una “deriva autoritaria”.

La violencia que sufrió representa no solo un duro golpe personal y familiar, sino también un símbolo del difícil clima que vive Colombia de cara al próximo ciclo electoral.

Por ahora, el país permanece en vilo a la espera de nuevas noticias sobre su estado de salud, mientras la justicia intenta desentrañar los móviles y responsabilidades del atentado.

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