La policía de Francia encontró colillas de al menos siete cigarrillos sobre los andamios que eran utilizados por los obreros que trabajan en la restauración de la catedral de Notre Dame, quienes manifestaron haber fumado en el lugar a pesar de las restricciones.
La información fue revelada por varios medios locales, aunque insisten que las autoridades aún sospechan de un cortocircuito como el desencadenante del desastre que hizo arder a la cúpula del monumento parisino.
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En ese sentido, revelaron diversas irregularidades con la instalación eléctrica, en concreto, en el tendido para alimentar un juego de campanas que se encontraba en la aguja y otro bajo la misma, y que recorría el envigado de madera de la catedral.
Ese dispositivo fue autorizado, de forma provisoria, en 2012 a pedido de los clérigos de Notre Dame durante las obras de renovación de los campanarios principales, con el objetivo de electrificar esas campanas para que pudieran sustituirlas.
Sin embargo, según "Le Canard", nunca fue sustituido, seguía utilizándose y sobre él se instaló el andamiaje para la restauración de la aguja.