Al menos 61 personas murieron y más de 150 resultaron heridas en una explosión en el interior de una mezquita dentro del cuartel general de la policía en la ciudad de Peshawar, Pakistán, cerca de la frontera con Afganistán, ocurrida a la hora de las oraciones.
Parte del techo de la mezquita y de las murallas quedaron destruidas y de los escombros salían sobrevivientes ensangrentados, reportó la agencia de noticias AFP.
"Buscamos obtener más información, pero la explosión tuvo lugar en el momento de la plegaria", confirmó Muhammad Ijaz Khan, jefe de la policía de Peshawar.
El cuartel general de la policía de Peshawar es una de las zonas mejor vigiladas de la ciudad y también alberga las sedes de las diferentes agencias de inteligencia.
Según la policía, la explosión se produjo en la segunda fila de los fieles que estaban rezando. Al lugar fueron movilizados equipos de desminado por los temores de que se haya tratado de un atentado suicida.
En marzo de 2022, un ataque suicida contra una mezquita de la minoría chiita en Peshawar reivindicado por EI-K (la rama local del grupo yihadista Estado Islámico), dejó 64 muertos. Este atentado fue el peor sufrido por Pakistán desde 2018.
Peshawar, a unos 50 kilómetros de la frontera con Afganistán, fue golpeado por atentados casi a diario en la primera mitad de los años 2010, pero la seguridad mejoró en los últimos años. Sin embargo, en los últimos meses la ciudad ha sufrido ataques, sobre todo contra las fuerzas de seguridad.
El país en general enfrenta en los últimos meses un deterioro de la situación de seguridad, en particular desde que los talibanes recuperaron el poder en Afganistán en agosto de 2021.
Tras varios años de una calma relativa, volvieron a producirse atentados de la rama paquistaní de los talibanes, Tehreek-e-Taliban Pakistán (TTP), del EI-K y de grupos separatistas baluches.
Pakistán reclama a los talibanes que dejan que estos grupos utilicen su territorio para planificar los ataques, algo que las autoridades de Kabul niegan. Los talibanes de Pakistán es un movimiento separado del de los dirigentes afganos, pero tiene raíces comunes.
El grupo ha reivindicado varios ataques en los últimos meses, pero una de sus peores atrocidades que marcó a la opinión pública en Pakistán, fue la masacre de 150 personas en una escuela en Peshawar en diciembre de 2014.