Guadalupe Olivas, de 44 años, se convirtió en un símbolo del efecto humano de la política inmigratoria de Trump. La víctima ya había sido deportada tres veces a Tijuana. Se teme que se presenten nuevos casos.

El primer caso de suicidio de un mexicano deportado bajo la era del presidente estadounidense Donald Trump, a pesar de las dudas que lo rodean, provocó un fuerte impacto en México y se convirtió en un símbolo del efecto humano y social de la ofensiva migratoria del magnate.

El episodio ocurrió poco después de que el gobierno de Estados Unidos anunció medidas que no dejan duda sobre los verdaderos alcances de su estrategia y a unas horas de la llegada de los dos principales miembros del gabinete de Trump, los secretarios de Estado Rex Tillerson y de Seguridad Interna John F. Kelly.

Guadalupe Olivas, de 44 años, el nombre de la víctima, había sido deportado tres veces a Tijuana, y, según testigos, gritó a los agentes migratorios que lo detuvieron en la vecina ciudad de San Diego que se quitaría la vida si lo repatriaban.

Una fuente federal citada por el matutino Reforma señaló que “hay un 90% de posibilidades” de que haya sido un suicidio, aunque la fiscalía espera los resultados de la autopsia para confirmar este hecho.

El hombre se habría lanzado desde un puente de 10 metros de altura en el barrio Empleados Federales, a escasos metros del puesto fronterizo llamado El Chaparral.

Al inicio no fue posible establecer de quién se trataba porque no portaba algún documento de identidad oficial, pero las autoridades lograron identificar a Olivas, porque su nombre iba escrito en una bolsa que le entregó la agencia de Migración y Aduanas (ICE), con sus objetos personales, un poco de alimentos y una prenda de vestir.

Olivas quedó gravemente lesionado como consecuencia de las heridas sufridas en su caída, pero murió luego de ser trasladado de emergencia por paramédicos de la Cruz Roja.

Poco antes de lanzarse, rechazó la ayuda que le ofrecieron voluntarios para trasladarlo a un albergue para migrantes, según los testigos, que descartaron versiones según las cuales tuvo una riña o fue empujado por otras personas.

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Temor por nuevos casos

Se teme que se presenten nuevos casos semejantes ante la desesperación que existe en la comunidad migrante por las “familias divididas” que arroja la aplicación de la nueva política migratoria anunciada por Trump.

El lunes, el mandatario emitió una serie de memorandos que abren la puerta para la deportación de prácticamente cualquiera de los 5,5 millones de mexicanos que se calcula viven ilegalmente en Estados Unidos.

Hasta donde se sabe, la víctima era de Los Mochis, estado de Sinaloa, según dio a conocer el delegado del Instituto Nacional de Migración (INM) Rodulfo Figueroa.

Hasta ahora su cuerpo no ha sido reclamado, pero “este tipo de casos empiezan a preocupar a las autoridades locales y apuntan la necesidad de que los migrantes tengan atención psicológica cuando sean deportados a nuestro país”, afirmó Figueroa.

La presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del estado de Baja California, Adriana Olvera, manifestó que es “un tema que golpea” a los mexicanos “porque muchas organizaciones han hablado de la importancia de atender de mejor forma a los connacionales que ven frustradas sus ambiciones de una vida mejor’.

“Nos duele y nos preocupa. Hemos analizado el escenario a partir de las deportaciones masivas por parte del ejecutivo de Estados Unidos. Este deceso nos viene a recordar que no se está respetando la dignidad en el más amplio de los sentidos”, indicó.

La ombudsman consideró que los “casos de exclusión hablan de sufrimiento de una familia y de la sociedad por una toma de decisiones que no están sustentadas en derechos humanos”. La oficina de la defensora del pueblo ofreció dar atención a los familiares de la víctima e investigar si se encuentran en Estados Unidos o en Sinaloa. Los casos de suicidios de migrantes deportados no eran hasta ahora muy comunes porque siempre existía la esperanza de los repatriados de volver a reunirse con sus familias y regresar clandestinamente a Estados Unidos.

Sin embargo, ahora que el gobierno Trump está aplicando una política de “cero tolerancia” a la migración indocumentada podrían surgir nuevos casos, advierten los especialistas.

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