Tras la muerte de la reina Isabel II, que falleció el pasado 8 de septiembre a los 96 años, hsu raza preferia de perros, los corgi, se convirtió en la más demandada en el Reino Unido, donde se puede pagar hasta 2.900 dólares por un cachorro de este tipo.
Según un sitio web británico de adopción y venta de mascotas, las búsquedas de corgis se multiplicaron por diez en la última semana, según refelejó la prensa británica.
Al mismo tiempo, los precios se duplicaron en los últimos tres días y haciendo que un ejemplar de corgi galés de Pembroke cuesta hasta 2.900 dólares.
La difunta monarca recibió su primer corgi, Susan, en 1944 cuando cumplió 18 años, y llegó a tener más de 30 ejemplares a lo largo de su vida, la mayoría de los cuales fueron descendientes de esa primera mascota. "Ella amaba a su primer corgi y amaba a los 30 corgis que le siguieron", dijo Roger Mugford, el adiestrador de los perros de la reina.
"El corgi de raza pura es difícil de superar. Tiene muchas virtudes: es un perro trabajador, de mente grande y corazón grande en un cuerpo pequeño. Suelen tener buen carácter y son muy adiestrables. Tienen todas las cualidades de adiestramiento de un border collie", señaló.
Hasta el momento de su muerte,, la reina Isabel II tenía dos corgis llamados Muick y Sandy, que fueron adoptados por su hijo, el príncipe Andrés, y la exmujer de este, la duquesa de York, Sarah Ferguson, dado que fue él mismo quien le regaló a su madre los cachorros el año pasado cuando su marido, Felipe de Edimburgo, fue internado en el hospital.
"Eran la gran relajación, la gran terapia, de los asuntos de Estado", asegura Mugford.