El primer ministro de Sri Lanka, Ranil Wickremesinghe, confirmó la detención de ocho personas que estarían vinculadas con la serie de explosiones ocurridas este domingo en tres iglesias, cuatro hoteles y un complejo residencial en el país, que han causado más de 290 muertos y 500 heridos.
En conferencia de prensa, Wickremesinghe explicó que las fuerzas de seguridad incautaron una camioneta que habría sido utilizada por los atacantes. Además, el primer ministro reveló que las fuerzas de seguridad habían recibido avisos de posibles ataques en el país, "pero no se le prestó la suficiente atención al asunto", algo que debe ser investigado, subrayó.
A primera hora de este domingo, se produjo una serie de explosiones en iglesias y hoteles de lujo causando la muerte de al menos 290 personas y dejando a más de 500 heridos, informaron fuentes policiales locales. Entre las víctimas habría más de 30 extranjeros.
Tres iglesias y tres hoteles localizados en diferentes partes del país fueron blanco de los primeros atentados, en medio de la celebración de las Pascuas de Resurrección. Mientras un centenar de fieles asistían a los templos católicos, se produjeron las explosiones.
Más tarde se registraron otras dos explosiones, una en un hotel cercano al zoológico nacional y otra al norte de Colombo. Según informó la agencia de noticias AFP, las víctimas fatales superarían los 200.
Las iglesias atacadas fueron la de San Antonio de Colombo, la de San Sebastián de Negombo, al norte de la capital, y la tercera, la de Batticaloa, en el este de la isla. Los tres hoteles atacados en un primer momento, el Cinnamon Grand, el Kingsbury y el Shangri-La, todos de cinco estrellas, ubicados en Colombo. Mientras que las últimas dos explosiones se produjeron en un hotel cerca del zoo de Dehiwala, al sur de la capital, y en un complejo residencial en Dermatagoda.
Condena mundial a los atentados en Sri Lanka
Las dolorosas imágenes de los atentados en Sri Lanka
El Ejecutivo convocó al gabinete de seguridad nacional para analiza la situación. Además, se decretó un toque de queda inmediato y por tiempo indeterminado, según ha informado el ministerio de Defensa.
Estos ataques suceden en el marco de un fuerte conflicto histórico interreligioso, y son los más sangrientos desde el final de la guerra civil en Sri Lanka, un conflicto étnico-religioso que enfrentó a la mayoría budista cingalesa y a la minoría hindú tamil durante más de una década.
Los últimos atentados contra minorías religiosas de relevancia datan de 2018, cuando el Gobierno tuvo que declarar el estado de emergencia después de se produjeran enfrentamientos entre musulmanes y cingaleses budistas.
Sri Lanka, con una población cercana a los 21 millones de habitantes, es un país mayoritariamente budista que cuenta con unos 1,2 millones de católicos. Junto al 70% de budistas, los hindúes representan un 12%, los musulmanes un 10% y los cristianos, un 7%.
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