La obra ‘Cristo en la cruz’, atribuida a Peter Paul Rubens, reapareció tras más de cuatro siglos y fue subastada por 2,3 millones de euros en Versalles. Fue hallada en una vivienda parisina en 2024.
El interés por la pintura se disparó cuando la casa de subastas Osenat, de Versalles, confirmó que la obra hallada en una residencia privada pertenecía efectivamente a Rubens, el pintor flamenco reconocido por su estilo barroco y su enorme producción artística, muy imitada por los talleres de su época. La subasta cerró en 2,3 millones de euros, una cifra que generó atención internacional sin necesidad de artificios.
El cuadro muestra a Cristo crucificado, recortado en un cielo oscuro y con la ciudad de Jerusalén detrás, iluminada y distante, una composición típica del artista que solía contrastar lo sagrado con escenas dramáticas.
La obra había desaparecido de los registros desde 1613, cuando formaba parte de colecciones europeas. Durante siglos se creyó que podía ser una réplica o un trabajo de estudio. El descubrimiento ocurrió en septiembre de 2024, cuando el propio Jean-Pierre Osenat, presidente de la casa de subastas, la identificó durante un inventario en una mansión del distrito 6 de París.
A partir de ese momento comenzaron los análisis técnicos, que permitieron confirmar su procedencia. Para el público general, el interés se centró no solo en su valor económico sino en la sorpresa de que una obra de este tamaño estuviera colgada durante décadas sin reconocimiento oficial.
El cuadro integraba una colección francesa y permaneció sin atribución definitiva. Con la validación de especialistas, pasó a formar parte del circuito de arte mundial, donde compradores y museos buscan piezas con historia documentada.
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