Las autoridades griegas encontraron una embarcación con 18 personas fallecidas y solo dos sobrevivientes al sur de la isla de Creta. Las primeras hipótesis apuntan a hipotermia e inanición tras horas de exposición al mal clima.
Una nueva tragedia migratoria sacudió al Mediterráneo luego de que las autoridades griegas hallaran a 18 personas muertas dentro de un barco a la deriva cerca de la isla de Creta. La embarcación fue localizada a 26 millas náuticas -unos 48 kilómetros- al sur de Yerápetra, en medio de un fuerte oleaje que dificultó las tareas de rescate.
El Guardacostas griego informó que el barco no había naufragado, sino que quedó sin rumbo durante horas bajo condiciones climáticas extremas.
Según las primeras evaluaciones, las víctimas habrían muerto por hipotermia e inanición, tras permanecer expuestas al frío y sin alimentos durante más de un día.
Dentro de la embarcación se encontraron los cuerpos de las 18 personas, todas migrantes que intentaban cruzar una de las rutas más peligrosas de Europa. La falta de señales de auxilio y el deterioro del barco complicaron aún más la situación.
Solo dos ocupantes sobrevivieron. Ambos relataron que la embarcación perdió el control a causa del mal tiempo y que, desde ese momento, quedaron a la deriva sin abrigo ni comida. Sus testimonios serán clave para reconstruir lo ocurrido y determinar el origen del viaje.
La tragedia vuelve a exponer los riesgos que enfrentan miles de migrantes que intentan llegar a Europa por mar, una ruta que cada año deja cientos de víctimas y que continúa generando preocupación entre organismos humanitarios.