Los milagros de Navidad podrían existir, o no, pero para una madre de un niño de 4 años en España esta discusión tiene una respuesta contundente.
Tras cenar, la mujer notó que al pequeño le costaba respirar y, rápida como un reflejo, lo subió a su auto y se dirigió a toda velocidad a la comisaría española de Lorca, ubicada a pocas cuadras de su vivienda.
Estacionó el vehículo y bajó pidiendo ayuda, llamado que fue respondido por un agente que se encontraba en la guardia del destacamento.
El uniformado, al llegar al auto, comprobó que el niño se estaba asfixiando y optó por rodearlo con sus brazos para apretarle en la boca del estómago hasta que este expulsó un trozo de comida que se le había quedado atragantado.
La dramática secuencia fue registrada por las cámaras de seguridad de la comisaría.
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