El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su par de China, Xi Jinping, mantuvieron un encuentro de forma presencial por primera vez y coincidieron en que deben "encontrar la dirección correcta" para evitar un "conflicto", al comenzar su reunión bilateral en Bali, en el marco de la cumbre del G-20.
De acuerdo a un comunicado de la Casa Blanca, Biden subrayó que ambos países deben trabajar juntos para abordar los desafíos transnacionales, como el cambio climático, la estabilidad macroeconómica mundial, incluido el alivio de la deuda, la seguridad sanitaria y la seguridad alimentaria mundial. Asimismo, se da cuenta de que los líderes acordaron empoderar a altos funcionarios clave para mantener la comunicación y profundizar los esfuerzos constructivos sobre estas cuestiones.
Por su parte, Xi instó a "encontrar la dirección correcta" para las relaciones bilaterales. "El mundo está una encrucijada" y "espera que China y Estados Unidos gestionen de forma adecuada su relación", añadió.
Además, Biden y Xi reiteraron "su acuerdo de que una guerra nuclear nunca debe librarse y nunca puede ganarse", así como su oposición "al uso o la amenaza del uso de armas nucleares en Ucrania".
Por su parte, el mandatario chino destacó que se debe "establecer el rumbo correcto para la relación entre China y EE.UU. y ponerla en una trayectoria ascendente". "Actualmente, el estado de las relaciones entre China y Estados Unidos no está en los intereses fundamentales de nuestros dos países y pueblos", observó.
"Nuestra reunión de hoy atrajo la atención del mundo. Debemos trabajar con todos los países para traer más esperanza a la paz mundial, mayor confianza en la estabilidad global y un mayor impulso al desarrollo común", enfatizó Xi.
La relación de las superpotencias está en un punto mínimo ante las crecientes tensiones comerciales y geopolíticas, especialmente por la situación de Taiwán, las pruebas militares de Corea del Norte y las diferencias de posturas ante la guerra en Ucrania.
A pesar de que el encuentro cara a cara generó una gran expectativa, no existe un optimismo de que la reunión entre los mandatarios consiga avances significativos en los principales puntos divergentes, tal como lo demostró la última conversación telefónica que mantuvieron a fines de julio.
En esa ocasión, ambos mandatarios charlaron durante 137 minutos, en una "franca" conversación telefónica en la que el líder asiático advirtió al mandatario de Estados Unidos no "jugar con fuego" por Taiwán, y el jefe de la Casa Blanca ratificó que la postura de su país sobre esa isla "no ha cambiado".