Alicia Angiono, titular de la organización Madres y Familiares de Víctimas (Mafavi), resaltó que "el problema no es sólo del penal, sino que la justicia debe hacerse cargo porque en el caso del contador Walter Brawton apenas cumplió un 10 por ciento de la pena, es decir 4 años de 40, y ya le daban salidas para visitar familiares, una verdadera vergüenza".
Brawton, actualmente de 42 años, fue atrapado en 2005 en medio de una tentativa de abuso, por la valentía de una de sus víctimas. Luego, se comprobaron otros ocho casos, siete con acceso carnal y otro abuso en grado de tentativa. En el juicio lo condenaron a 40 años de prisión y desde la semana pasada es buscado luego de escaparse cuando le permitieron visitar a su madre en la localidad de Merlo.
Fuentes judiciales indicaron que Brawton aparentemente dejó el penal, en el marco de un "permiso" otorgado por un juez de ejecución penal, acompañado por tres custodios del Servicio Penitenciario. "Es un permiso para visitar a un familiar enfermo, su madre", dijo un vocero judicial, y fue en ese contexto que logró evadirse. La causa quedó en manos de la Unidad Fiscal de Instrucción 5 de Morón.
"La verdad es que no entendemos estas situaciones. Esta persona tuvo una condena ejemplar, de 40 años. Pero la justicia le concede la chance de llevarlo a una cárcel de mediana seguridad en Ituzaingó. Bajo ningún punto de vista un violador serial tan peligroso puede estar alojado en una unidad penitenciaria de baja seguridad, porque pasan estas cosas, que son alarmantes. No es el primer caso en esta unidad", dijo Angiono.